Desde Santa Fe

La Cámara de Diputados y el Senado sesionaron ayer en simultáneo para aprobar sobre tablas ‑-con los votos del Frente Progresista y el PRO y el rechazo del peronismo-‑ las dos leyes que esperaba Miguel Lifschitz: el presupuesto 2017 que asegura recursos por 154 mil millones de pesos y la reforma fiscal que aumenta el impuesto inmobiliario urbano y rural entre el 25 al 32 por ciento. El mismo trámite relámpago se esperaba de la contra reforma del Código Procesal Penal que capitanea el senador de la UCR Lisandro Enrico, pero cuando Diputados discutía el asunto y suprimía las figuras más controvertidas ‑como el delator y el agente encubierto‑, el Senado se cansó de esperar y levantó su sesión. Diputados interrumpió el debate del proyecto Enrico y lo mandó de vuelta a la comisión de Asuntos Constitucionales.

Las sesiones en simultáneo arrancaron a las tres de la tarde. Media hora después, Diputados ya había votado la reforma fiscal que el gobierno acordó con entidades empresarias, sobre todo para bajar las alícuotas de ingresos brutos. Por entonces, el Senado trataba el presupuesto 2017, y cuando terminó, completó la sanción de la reforma y la giró al Poder Ejecutivo.

La media sanción del presupuesto llegó a Diputados cuando se discutía la contra reforma. El jefe del bloque oficial Eduardo Di Pollina pidió un cuarto intermedio y allí saltó que el Senado ya había levantado la sesión, así que a la vuelta, Diputados le retribuyó el gesto: mandó el proyecto Enrico a comisión.

El despacho del presupuesto se firmó en el mismo recinto, sobre la base de la media sanción del Senado. El presidente del bloque del Frente para la Victoria, Héctor Cavallero anunció que no iban a votar un proyecto que había ingresado diez minutos antes a la Cámara. "No vamos a abstener, no sólo en la votación sino también de participar en el debate", se enojó. La decisión del Frente para la Victoria de abstenerse en la votación y el debate achicó la lista de oradores. A las seis de la tarde, el presidente de la Cámara, Antonio Bonfatti, preguntó si había más anotados para hablar. Le respondió el silencio. "Me sorprendieron con la lista de oradores tan corta. Pensaba que íbamos a terminar a las nueve o a las diez de la noche", bromeó.

Hasta ahí, sólo habían hablado la socialista Clara García para defender el proyecto oficial, la disidente de su partido Silvia Ausburger para anunciar ‑por primera vez‑ que ella y su colega Rubén Giustiniani votarían a favor y Carlos Del Frade, del Frente Social y Popular para justificar su voto negativo, que fue el único. El presupusto se aprobó con 35 votos a favor (del Frente Progresista y el PRO), uno negativo (de Del Frade) y cinco abstenciones (del bloque de Cavallero más Busatto). Antes, la reforma tributaria había salido con 32 a favor (Frente Progresista y PRO), ocho en contra (de los peronistas más Augsburger, Giustiniani y Del Frade) y cinco abstenciones (Busatto, Luis Rubeo y Olga Coteluzzi, Claudia Giaccone y Julio Eggimann).