El Supremo Tribunal Federal aceptó ayer analizar el pedido de hábeas corpus del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva y suspendió el juicio hasta el 4 de abril. Con esta decisión, se evitó que Lula pueda ir a prisión el lunes próximo, cuando el Tribunal Regional Federal de la 4° región pediría su prisión inmediata.
Siete ministros de la corte votaron a favor, y cuatro lo hicieron en contra, de admitir el pedido de hábeas corpus de la defensa del ex mandatario. El recurso fue un intento de impedir una eventual encarcelación después de finalizados los recursos de la segunda instancia.
Fuera del edificio, bajo el sol de Brasilia, centenares de manifestantes a favor y en contra de Lula se hicieron presentes en la Plaza de los Tres Poderes.
Al comienzo de la sesión la fiscal general de Brasil, Raquel Dodge, había pedido rechazar el hábeas corpus presentado para evitar la detención del ex presidente al considerar que la corte suprema debe legalizar que cualquier condenado puede ir a la cárcel sin esperar a la tercera instancia.
Los 11 jueces del Supremo Tribunal Federal debían decidir ayer si la semana que viene Lula iría a prisión luego de haber sido condenado en dos instancias o, como dice la Constitución, puede estar libre hasta que el máximo tribunal trate su caso.
“No se ha infringido ningún derecho de defensa al ex presidente Lula”, dijo Dodge, quien además sostuvo que el país tendrá seguridad jurídica si se mantiene la jurisprudencia de la corte de poder detener a una persona apenas con fallo de Cámara. La Constitución, en cambio, sostiene que una persona debe ir a la cárcel una vez finalizado todo el tránsito de su caso en todas las instancias.
Dodge, fiscal nombrada por el presidente brasileño, Michel Temer en, setiembre pasado, defendió a la investigación de Lava Jato, que condenó a Lula a 12 años y un mes de prisión por corrupción. “Este precioso precedente no se presenta anticonstitucional”, subrayó la fiscal general. El abogado de Lula, Roberto Batocchio, dijo ante el Supremo Tribunal Federal que no respetar el precepto constitucional es la llegada del autoritarismo y aseguró que existe una voluptuosa intención de detener a un presidente por un sector del Poder Judicial. “La Constitución y el Código Penal están bajo amenaza de muerte. Nadie está por encima de la ley pero nadie puede ser abandonado por el orden jurídico. Cumplir la pena antes de la tercera instancia viola la Constitución”, dijo el letrado en la tribuna del Supremo.
El abogado, a su vez, recordó que la actual Constitución de 1988 nació tras la dictadura militar. “En el texto la sociedad buscó la garantía de presunción de inocencia para rechazar el autoritarismo, ya sea verde oliva o del color negro de la toga judicial”, afirmó. Batocchio también rechazó que el Poder Judicial se curve ante lo que llamó la presión de las calles.
“Para esto están los políticos. El parlamento debe sostener la voz de las calles, no el poder judicial”, dijo el letrado tras denunciar que existe un lo que calificó como un voluptuoso deseo de encarcelamiento y autoritarismo.
El lunes, el tribunal de Porto Alegre debía determinar la prisión del ex presidente, al que condenó por haber recibido un apartamento por parte de la empresa constructora OAS. Con la admisión del hábeas corpus y la suspensión del juicio hasta el 4 de abril, la opción del encarcelamiento queda, por el momento, fuera de la mesa.
Lula niega los cargos y asegura que es víctima de una persecución judicial para evitar su candidatura a las elecciones presidenciales de octubre, en las cuales es favorito. Ayer, en una entrevista con Radio Guaíba de Porto Alegre, el ex mandatario dijo estar con la tranquilidad de los inocentes y ellos con la intranquilidad de los culpables. “Ellos saben que montaron una farsa para condenarme. Están juzgando los gobiernos de Lula y de Dilma”, aseguró. “Lo único que quiero de este proceso es que alguna instancia superior, o el Tribunal Superior de Justicia o el Supremo Tribunal Federal juzguen el mérito del proceso. Yo no puedo aceptar el conjunto de mentiras que me montaron para intentar condenarme. Yo tengo una relación de honestidad con el pueblo. El pueblo sabe que no miento”, dijo el líder del Partido de los Trabajadores (PT).
En la misma entrevista, y citado por el periódico Estadao de San Pablo, Lula también criticó la política enonómica y social adoptada por Temer. “Esa gente que está ahí no sabe gobernar, no sabe cuidar de Brasil, ellos están vendiendo nuestro País, y yo quiero decir que, si el PT quisiera, yo soy candidato. Si yo puedo ser candidato, vamos a hacer un referéndum revocatorio o una nueva Constituyente para deshacer lo que están haciendo con nuestro pueblo”.
El ex presidente fue condenado el año pasado a nueve años y medio de cárcel por corrupción en el marco del escándalo Lava Jato (Lavado de autos) en torno a la petrolera estatal Petrobras. Un tribunal de segunda instancia había rechazado a finales de enero la apelación de Lula y aumentó la pena de cárcel a 12 años y un mes.
Más allá del recurso de hábeas corpus contra el encarcelamiento, los abogados defensores pueden intentar revocar la condena ante las dos últimas instancias, el Superior Tribunal de Justicia y el Supremo Tribunal Federal.