La caída del poder adquisitivo ante una inflación que les gana por goleada a los salarios se sigue haciendo sentir en el consumo cotidiano. Las ventas en supermercados a precios constantes, medidas en unidades, alcanzaron en enero los 21.531,2 millones de pesos, marcando una caída de 3,1 por ciento contra igual mes del año pasado, informó ayer el Indec. Sin embargo, la facturación de estos establecimientos se incrementó 17 por ciento, lo que se explica en su totalidad por el aumento de precios minoristas en el período. El índice de precios al consumidor para la comparación interanual de enero fue de 25 por ciento, según el mismo organismo. La menor actividad se reflejó también en menos empleo en el sector: en enero pasado se registraron 93.030 trabajadores, 3783 empleados menos o un 3,9 por ciento por debajo de la nómina de un año atrás (96.813 puestos). El consumo en shopping, más selectivo, representó ventas en unidades por 3657 millones de pesos, que representaron un incremento interanual del 4,0 por ciento a precios constantes contra enero del año pasado.
Ni los descuentos ni las promesas de congelar precios que anuncian algunas cadenas de supermercados logran impulsar las ventas, siendo el consumo masivo el que más se resintió ante la pérdida de poder adquisitivo de los asalariados. A esto se suma la actual situación de fragilidad laboral en la mayoría de los sectores productivos y de incertidumbre económica, que vuelve al consumidor más conservador y reacio a utilizar la tarjeta de crédito. El año pasado el desplome de ventas en shoppings aventajó en la primera parte al de los supermercados, pero en estos últimos el deterioro se mantiene constante hasta el presente.
En el primer mes del año la facturación de los supermercados (precios corrientes) fue de 30.808,8 millones de pesos, con un incremento de 17 por ciento contra enero del año pasado, lo que se explicó por el impacto del alza de precios. La jurisdicción con mejor desempeño fue Neuquén, con el 26 por ciento de suba en las ventas. Le siguieron Salta, con un alza del 20,3 por ciento, Santa Fe (20,0) y otras provincias del Sur (19,3), detalla el comunicado del Indec. Los rubros con mejores desempeños fueron verdulería y frutería, con una suba del 22,4 por ciento, carnes (21,2), bebidas (20,5) y almacén (20,0).
El personal ocupado en ese segmento comercial ascendió a 93.030 asalariados, de los cuales 10.853 poseen cargos jerárquicos, lo que representa el 11,7 por ciento del total, y el 88,3 restante se compone de cajeros, administrativos y repositores, que suman un total de 82.177 ocupados. En el caso del personal jerárquico, la caída fue de 1,3 por ciento (148 puestos) respecto de los 11.001 empleos de enero de 2017, y en cajeros y repositores la baja fue de 4,2 por ciento (3635 puestos) respecto de los 85.812 que había un año antes.
Por su parte, la facturación en grandes centros comerciales (shoppings) fue en enero de 4754,3 millones de pesos, lo que representó un aumento de 21 por ciento interanual. Los mayores ingresos a precios corrientes para el total del Gran Buenos Aires provinieron de indumentaria, calzado y marroquinería, que representó el 35,5 por ciento del total, seguido por las ventas de electrónicos, electrodomésticos y computación, con un 18,0 por ciento.
El personal ocupado en los centros de compras se mantuvo relativamente estable. En enero se contaban 1249 puestos, de los cuales 767 ocupados corresponden a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y 482 pertenecen a los centros de los 24 partidos del Gran Buenos Aires. Un año antes el total empleado en shoppings era de 1240 empleados, con lo que hubo un aumento de 9 puestos en la nómina laboral.