La sequía que afecta desde hace meses al campo provocará un daño económico del orden de los 3436 millones de dólares por caída de la producción, estimó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCB). El deterioro del saldo comercial en relación a la estimación inicial para la presente campaña llega a los 3309 millones de dólares, que impactarán a la baja sobre las divisas que se inyectan al mercado cambiario, en un contexto en donde el Banco Central es prácticamente único oferente fuerte para sostener la cotización del dólar. Se calcula una baja del 22 por ciento en la cosecha de maíz y del 27 por ciento en la soja en relación a las primeras estimaciones. La Federación Agraria (FAA) se reunirá el martes con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, para reclamar medidas de apoyo al sector.
Desde noviembre, las regiones más agrointensivas del país, como Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa, registran déficits hídricos, lo cual afecta a la soja, el maíz y las pasturas. A fines de febrero, que es el momento crítico de la producción porque es cuando se define el rinde, la falta de agua incluso se agravó y tampoco aparecieron las lluvias en marzo. Por eso, la sequía se fue agrandando, tanto por reducción de la superficie de siembra como por la caída del rendimiento. La Bolsa de Comercio realizó un estudio en el que analiza al detalle el efecto de la caída del maíz y la soja sobre las distintas cadenas de producción.
La campaña de soja 2016/2017 fue de 57,5 millones de toneladas. Se proyectaban 54 millones para la presente campaña pero a raíz de la sequía ese número rondaría las 39,5 millones de toneladas. El informe calcula que la molienda de porotos de soja bajará de 43 millones estimados a 36,6 millones, una baja del 13,8 por ciento frente a las 41,5 millones de toneladas de 2016/2017 que se traducirá en caída en harina, pellets y aceite de soja, los primeros productos de exportación de la Argentina. De todos modos, la merma de la molienda sería inferior a la baja en la producción de soja porque se contempla una caída del 45 por ciento en la exportación de porotos de soja, la importación de porotos desde Paraguay y la liquidación de stocks para abastecer a las cerealeras.
En maíz, la baja de la producción estimada en el 22 por ciento tendrá como principal variable de ajuste a las exportaciones, que alcanzarían las 20,5 millones de toneladas, un 21 por ciento por debajo de 2016/2017. "Se observa una disminución de 3436 millones de dólares en el Producto Bruto generado por las cuatro principales cadenas agrícolas; un 11 por ciento menos de lo que se podría haber alcanzado bajo las condiciones que imperaban en octubre del año pasado", indica el informe de la BCB. Equivale a medio punto porcentual del PBI contando solamente los efectos directos, es decir que el cálculo no incluye los efectos sobre otros sectores.
El principal impacto macroeconómico de la sequía se sentirá por el lado de la reducción en la cantidad de dólares provenientes de las exportaciones. El informe de la BCB advierte que el saldo comercial empeorará en 3309 millones de dólares a raíz de la crisis del agro. Ese cálculo incluye la mejora de la cotización internacional de los commotities agrícolas. Además, la recaudación recaudación fiscal se vería disminuida
en 1174 millones de dólares respecto de las estimaciones iniciales ante la baja de las retenciones y de los ingresos por el impuesto a las Ganancias. La baja de la producción no sólo afecta a los productores primarios, acopios y fletes sino que impacta a través de la suba de costos en la producción de carne y leche y el sector avícola.
"Vamos a tener una reunión el martes con el jefe de Gabinete --Marcos Peña-- y el ministro de Agroindustria --Luis Miguel Etchevehere-- para explicarles la gravedad de la situación. Tenemos una propuesta para la postergación en el pago de impuestos nacionales, el refinanciamiento de las deudas y herramientas de financiamiento a largo plazo", indicó a este diario Omar Príncipe, presidente de Federación Agraria. "La sequía hace que los pequeños productores sin rentabilidad estén imposibilitados de pagar deudas. Pero además, complican las altas tasas de interés y la importación de alimentos presiona a la baja sobre los precios que se le paga al productor", agregó.