Al mejor estilo Cambiemos, el Festival de Cannes sabe cómo esconder aquellas políticas que pone en práctica y que no quiere que tengan demasiada exposición pública. Su director general, Thierry Frémaux, anunció ayer que estarán prohibidas las selfies en la alfombra roja, algo que ya era norma desde 2015, pero que ahora volvió a acaparar la atención de los medios internacionales. Lo que ese información ayuda a tapar es un cambio de fondo: a diferencia de lo que ha sido una tradición en el festival, a partir de la próxima edición (del 8 al 19 de mayo) las funciones de prensa se realizarán recién después de las funciones oficiales de gala, para que los críticos no le arruinen la fiesta a ningún productor con sus tuits y sus reseñas, como sucedió el año pasado, cuando la competencia oficial fue muy cuestionada.