El seleccionado argentino ingresó en la recta final hacia la Copa del Mundo, y si bien el entrenador está utilizando esta gira por Europa para determinar los nombres que viajarán finalmente a Rusia, lo que el conductor parece haber modificado de manera casi definitiva es el sistema de juego. Desde que asumió, el 31 de mayo de 2017, Jorge Sampaoli fue dejando en claro que su preferencia era presentar un equipo con una línea de tres hombres en el fondo. Inclusive, fue más allá al especificar que Javier Mascherano, líder y subcapitán, era considerado por él como marcador central, el puesto en el cual se desempeñó en el Barcelona español en su última etapa.
El primer encuentro amistoso de este año mostró a cuatro defensores, y se estima que será igual el martes próximo ante los españoles. La convocatoria de marcadores laterales también muestra el indicio que se inclinará por la utilización de ellos, en contraposición con su idea inicial.
En el debut triunfal (1-0) ante Brasil, en Melbourne, ubicó a Otamendi, Maidana y Mercado. En su segunda presentación, la goleada 6-0 ante Singapur, jugaron sólo Mammana y Fazio atrás. El primer partido oficial, por las eliminatorias ante Uruguay (0-0) jugaron Mercado, Fazio y Otamendi. Cuando recibió a Venezuela, que se llevó un punto (1-1) del estadio Monumental estuvieron Mascherano, Fazio y Otamendi. En el encuentro decisivo ante Perú, el 5 de octubre, recién se decidió por cuatro defensores cuando estuvieron Mercado, Otamendi, Mascherano y Acuña. La clasificación se definió en Ecuador, el 10 de octubre, y repitió con Mercado, Mascherano, Otamendi y Acuña. En este caso, los centrales intercambiaron de lugar.
El amistoso ante Rusia, en el estadio Luzhnikí, Argentina –venció 1-0– se presentó con Mascherano, Pezzella y Otamendi en la defensa. La derrota 4-2 ante los nigerianos mostró a Mascherano, Pezzella y Otamendi. Y la victoria de ayer en Manchester se inició con Bustos, Otamendi, Fazio y Tagliafico.
Cuando faltan apenas 82 días para la cita máxima, Sampaoli se debate aún entre sostener su esquema original con tres defensores, o incorporar laterales para definirse por una línea de fondo con cuatro apellidos. Y el detalle no es pequeño, si se considera que todo el resto de la estructura está supeditada a la manera de plantarse en el campo. Lo única certeza es que Mascherano perdió lugar en cualquiera de las dos posturas.