Un presunto islamista radical inspirado por el grupo terrorista Estado Islámico (EI) mató ayer a tres personas e hirió gravemente a dos en dos tiroteos y en una toma de rehenes en el sur de Francia. El atacante fue abatido por la policía. Se trata del ataque con tintes islamistas más grave en el país desde la asunción del presidente Emmanuel Macron, el año pasado.
El atacante se llamaba Redouane Lakdim y fue identificado por el ministro del Interior, Gérard Collomb, como un inmigrante marroquí de 25 años. El funcionario también informó que Lakdim estaba fichado por la Policía por delitos leves de venta de drogas, pero no por su radicalización. “Era un pequeño traficante que decidió pasar a la acción de manera solitaria e imprevista”, dijo Collomb.
En horas de la mañana, en la ciudad sureña de Carcassonne, el marroquí mató al pasajero de un auto e hirió de gravedad al conductor, antes de llevarse el vehículo. Momentos después, abrió fuego contra una patrulla policial que estaba volviendo de hacer ejercicios en las afueras de la ciudad. Hirió a uno de los agentes.
A las 11 de la mañana, Lakdim se atrincheró durante más de tres horas en el supermercado “Super-U” de Trebes, una localidad de 5.500 habitantes a 5 kilómetros de Carcassonne y tomó varios rehenes. La policía dijo que rastreó el auto desde el cual se abrió fuego contra los policías y lo encontró en el estacionamiento del supermercado. Aunque el ministro Collomb se limitó a decir que el secuestrtador había pedido la liberación de presos extremistas, la emisora BFMTV, aseguró que exigió a las autoridades específicamente la liberación del acusado de terrorismo Salah Abdeslam, en prisión preventiva en Francia. Abdeslam es considerado miembro de una célula de la célula terrorista responsable de los graves atentados perpetrados en París en noviembre de 2015 –con 130 muertos– y en Bruselas en marzo de 2016.
En el marco de la operación de rescate, un oficial de policía se intercambió por una rehén, permitiendo que ésta escapara de forma segura, señaló Collomb, en lo que calificó como un acto de heroísmo. Entonces, el teniente coronel dejó su móvil en modo llamada sobre una mesa, lo que permitió a las fuerzas de seguridad oír lo que estaba ocurriendo dentro. Cuando oyeron disparos, las fuerzas especiales intervinieron y abatieron al atacante, añadió.
La gendarmería llegó inmediatamente al lugar y fue capaz de evacuar a algunos de los que se encontraban en la tienda, explicó Collomb. Fuerzas especiales de la Gendarmería procedentes de Toulouse y tres helicópteros fueron enviados a la zona del supermercado, así como refuerzos desde París.
La Fiscalía local dijo que abrió una investigación por homicidio e intento de homicidio y que el hombre reivindicó su lealtad al EI y que la toma de rehenes era un ataque terrorista. Testigos del hecho dijeron que entró al supermercado armado con cuchillos, un arma de puño y granadas, y que gritó “soy un soldado de Dáesh” (siglas en árabe para Estado Islámico), y “Allahu Akbar”, o “Alá es el más grande”, informó el diario francés Le Parisien. El EI reivindicó los ataques en un comunicado difundido por la agencia de noticias Amaq, vinculada al grupo.
Desde Bruselas, el presidente Francés, Emmanuel Macron, consideró que la toma de rehenes podría suponer una nueva forma de terrorismo. “Hay mucha gente con perfil muy diferente que se radicaliza sola”, dijo el mandatario durante una cumbre de la Unión Europea. Ya no se trata, como hace dos o tres años, de ataques dirigidos desde países como Siria o Irak. “Las nuevas amenazas son endógenas, vienen de dentro”, explicó Macron, y añadió que sigue existiendo un grave peligro. También el ex presidente francés François Hollande señaló que el ataque confirma que la amenaza del EI en Francia sigue siendo elevada, al tiempo que llamó a los ciudadanos a estar vigilantes y unidos y envió un mensaje de condolencia y solidaridad a las víctimas a través de Twitter.
Al final del día, el resultado fue de tres muertos y 16 heridos, dos de ellos de gravedad. Una de las víctimas mortales era un carnicero del mercado, según contó un testigo a la emisora Europe 1. “Es un compañero y sobre todo un amigo”, contaba otro carnicero. “Es triste ver que uno no está seguro en ninguna parte”. Según relató, no vio al atacante, pero oyó los disparos. “Pensaba que algo se había derrumbado en la tienda”. Entonces, sus compañeros le dijeron que alguien estaba disparando y huyó por la salida de emergencia detrás de la carnicería junto con 30 clientes y dos compañeras. Todos se ocultaron en un taller de coches cercano.
Los hechos ocurrieron cuando Francia está en alerta máxima luego de una serie de atentados yihadistas desde 2015, que comenzó en enero de ese año con un ataque a las oficinas de la revista satírica Charlie Hebdo, que dejó 12 muertos. Meses más tarde, yihadistas de EI mataron a 130 personas en París en noviembre de 2015 al atacar bares, restaurantes y la sala de concierto Bataclán, además del estadio de fútbol de Saint Denis, a las afuera de la capital. En julio de 2016, en otro ataque reivindicado por el EI, un hombre a bordo de un camión atropelló a una multitud en la sureña ciudad de Niza y mató a 84 personas cuando el país celebraba el Día de la Bastilla.