Visiblemente abatido, Vladimir Putin dejó un ramo de rosas a los pies del féretro con los restos del canciller ruso y se sentó entre la viuda y el hijo de Andrey Kárlov, que también forma parte del servicio exterior. Luego se retiró de la ceremonia sin hacer declaraciones. Rusia despidió ayer con honores a su embajador en Turquía, asesinado el lunes por un policía turco en Ankara, en una homenaje imponente del que participó la cúpula política rusa encabezada por el presidente y el primer ministro Dmitri Medvedev. En la investigación por el crimen del diplomático, la policía turca liberó ayer a los seis familiares (incluidos los padres y la hermana) de Mevlut Mert Altintas, autor del asesinato. Los familiares de Altintas habían sido detenidos en la ciudad de Aydin, en el oeste de Turquía, de donde era oriundo el policía, indicó la agencia de prensa Dogan. 

El embajador ruso en Turquía, cuya imagen tendido en el suelo muerto recorrió el mundo, fue honrado por un servicio religioso en la catedral Cristo Salvador de Moscú, dirigido por el jefe de la Iglesia ortodoxa rusa el Patriarca Kirill. A continuación, fue enterrado con todos los honores militares en el cementerio Jimki, en las afueras de la capital rusa. 

Decenas de colegas y familiares asistieron al funeral donde despidieron a Karlov, cuya muerte fue calificada por Moscú como un acto de terrorismo cuyo objetivo fue torpedear el proceso de paz en Siria y congelar las relaciones diplomáticas entre Turquía y Rusia. 

A la ceremonia, que se realizó en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en Moscú, también asistió el canciller, Serguei Lavrov, quien exaltó la figura del embajador y ofreció su pésame a la viuda, la madre y el hijo. “Nunca olvidaremos a Andrey”, aseguró Lavrov, y subrayó que el diplomático asesinado fue “víctima de un ataque malicioso, vil, terrorista, mientras cumplía su deber”.

Karlov encabezaba desde 2003 la sede diplomática rusa en Ankara. Fue conocido por sus esfuerzos por descongelar las relaciones diplomáticas con Turquía, luego de que, en noviembre de 2015, un caza turco derribara un avión militar ruso en la frontera siria. Además, la prensa lo señala como el principal artífice de la estrategia militar que permitió al gobierno de Bashar al Assad recuperar el control de la ciudad siria de Alepo y como uno de los responsables de una nueva y potente alianza surgida del conflicto: Teherán, Ankara y Moscú.

Ayer, el Kremlin insistió en que ni Putin ni el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, permitirán que el asesinato de Karlov influya en las relaciones bilaterales de ambos países, cuyo acercamiento en los últimos meses permitió la evacuación de los civiles y combatientes rebeldes de Alepo. Pese al acercamiento, Rusia y Turquía mantienen algunas diferencias en Siria. Turquía apoyó a los rebeldes que combaten para derrocar al gobierno sirio, mientras que Rusia es el principal aliado y sostén militar y político de Al Assad, a quien ayudó a recuperar buena parte del territorio perdido durante los casi seis años de guerra civil en la nación árabe.

Mientras Altintas fue acusado por las autoridades turcas de pertenecer a la red del predicador islamista Fethullah Gulen, señalado como instigador del golpe de Estado fallido del 15 de julio en Turquía, Gulen, que vive exiliado en Estados Unidos, rechazó la acusación. El Kremlin evitó las acusaciones y envió a un equipo de 18 investigadores a Ankara para determinar como ocurrió y quien estuvo detrás del ataque contra el embajador. 

Otra hipótesis es que se trató de un ataque del grupo radical islamista Frente Al Nusra, ex filial siria de Al Qaida, pero el grupo, uno de los vencidos por el Ejército sirio en Alepo, negó haber estado detrás del ataque. La policía turca liberó a los seis familiares de Karlov que habían sido detenidos por presuntos vínculos con el asesinato, hipótesis que ya fue descartada, informó el diario turco Cumhuriyet. 

Putin ordenó reforzar la seguridad de las delegaciones rusas en el exterior en respuesta a un alerta del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), que pronosticó que el asesinado de Kárlov provocará un aumento de la tensión en la región. Ayer, en Ankara, las autoridades desplegaron policías suplementarios y camiones antidisturbios para reforzar la seguridad en torno de la embajada de Rusia.