Uruguayo de nacimiento, argentino por adopción, Caetano se siente rioplatense hasta la médula. Ese arraigo, sin embargo, no le impide analizar críticamente la actualidad argentina, específicamente el cambio cultural que –dice– se está produciendo. “Estamos virando de paradigma. No solo en lo económico o en lo político, sino en todos los aspectos. Me sorprende, por ejemplo, que mientras los gringos sancionan a productores y actores acosadores, en Argentina eso no sucede. Pasan las mismas situaciones de acoso y nadie renuncia ni pide disculpas. Y a la víctima se la mira de reojo. En muchas cosas estamos atrasando. La sociedad avanzada, la que votó el matrimonio igualitario, está retrocediendo”, subraya.  

–¿Tan rápido cambió el imaginario social?

–No es que cambió, es que ahora afloró una cultura social y política que estaba latente, agazapada ante el paradigma de época. Había una decisión política, una manera de entender el mundo y la sociedad, que hacía que el pensamiento más de derecha estuviera abajo de la pata. Las ideas siempre están en combate. Hay que mantenerse alerta. Muchos creyeron que la derecha y el imperio se estaban desvaneciendo. Era una ilusión.   

–¿No compartía esa idea?

–No. Muchas veces expresamos deseos como si fueran hechos. En la sociedad conviven todo tipo de pensamientos: los pragmáticos, por ejemplo, juegan en contra siempre. El pragmático es el enemigo de toda utopía.