El juez Luis Rodríguez citó a indagatoria por falso testimonio a los dos supuestos testigos que afirmaron haber visto en la quinta de Olivos al juez del federal Sebastián Casanello, en una causa abierta con el objetivo de apartarlo de la investigación por la que se encuentra detenido el empresario Lázaro Báez. El magistrado consideró que existen suficientes elementos para sospechar que Gabriel Corizzo y Carlos Scozzino mintieron para perjudicar a Casanello, y que sus afirmaciones no pudieron comprobarse, en “ninguna de las dos versiones”.

Los presuntos testigos, ahora convertidos en acusados, serán indagados después de la feria judicial de verano, el 20 y 22 de febrero próximos. Corizzo declaró haber visto a Casanello en la quinta presidencial, entre agosto y octubre de 2015, donde también se habría cruzado con el diputado Eduardo “Wado” de Pedro. En un reportaje en Clarín donde lo presentaban como “empleado de la Anses y militante kirchnerista”, el tal Corizzo decía que iba a veces a la Quinta de Olivos y que allí se encontró a Casanello, en un relato plagado de vaguedades que el entrevistador no cuestionaba en ningún momento. 

Como era de imaginar, su versión nunca pudo verificarse. Lo mismo ocurrió con las afirmaciones de Scozzino, chofer de la secretaría general de la Presidencia. La decisión del juez Rodríguez implica un nuevo respaldo para Casanello, quien siempre negó haber ingresado a la Quinta de Olivos y haberse reunido con la ex presidenta Cristina Kirchner.

“Puedo afirmar con certeza que es falso en todo lo que atañe a mi persona”, aclaró Casanello, al presentar la denuncia penal por presunto falso testimonio, en la que además remarcó que Corizzo lo acusó tras reunirse con el abogado de los hijos de Báez, Santiago Viola. En noviembre, Rodríguez ya había archivado el expediente en el que se intentó verificar si Casanello había estado en Olivos. Tanto el juez como el fiscal de la causa, Carlos Stornelli, coincidieron en que nada de eso se había comprobado.

Ya en julio, Clarín publicó que la presencia del magistrado en la quinta presidencial iba a ser confirmada por un mozo y un ex espía. La justicia ahora sospecha que se trató de una maniobra de la defensa del detenido Báez y sus hijos para apartar al juez de la causa, algo que no sucedió porque la Cámara lo ratificó a cargo del expediente. “La determinación de si estamos frente a dos pícaros oportunistas o ante una maniobra coordinada para obtener no sé qué ventaja procesal por vías no convencionales, será analizada en la causa que corre por cuenta separada”, concluyó Stornelli.