PáginaI12 En Italia
Desde Roma
Por primera vez en la historia de la República italiana, una mujer fue elegida presidenta del Senado. Se trata de la abogada Elisabetta Alberti Casellati, exponente de Forza Italia –el partido de centroderecha de Silvio Berlusconi– y que ha sido senadora en distintos mandatos legislativos. “Perdonen la emoción. Pero la decisión común de elegir por primera vez una mujer como presidenta del Senado, representa para mí un gran honor y una gran responsabilidad en general, en relación a todos las mujeres italianas y ante las que representan el alma de la lucha de la liberación y que hoy están representadas magistralmente en esta sede” dijo Alberti Casellati en su discurso de apertura, refiriéndose a la legisladora Liliana Segre.
Segre, de 87 años, nombrada senadora vitalicia en enero, había sido deportada durante la Segunda Guerra cuando tenía 13 años, junto al resto de su familia, que era judía, al campo de concentración nazi de Auschwitz en Polonia. De su grupo familiar fue la única sobreviviente. El Parlamento la recibió ayer con una gran ovación, de la que se mostró ausente un único personaje, el senador de extrema derecha de la Liga, Roberto Calderoli, que se quedó sentado sin aplaudir y por eso fue evidenciado por los medios de difusión.
A diferencia del Senado, la Cámara de Diputados tuvo al menos tres mujeres presidentas en las últimas décadas. La última, la diputada antifascista Laura Boldrini, por largo tiempo portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Boldrini dejó su cargo al frente de la Cámara pocos días atrás y desde entonces recibe amenazas y burlas por internet, dado que siempre fue una mujer que defendió los derechos humanos, los migrantes y las mujeres.
La elección de Alberti Casellati fue el corolario de un largo día de votaciones y negociaciones, que terminó sin embargo sin ningún resultado ya que la mayoría de los votos fueron en blanco. Se había hablado de varios candidatos. La disputa estaba entre M5S (Movimiento 5 Estrellas, primer partido del país en las últimas elecciones) que quería la presidencia de la Cámara de Diputados, y la Liga Norte de Matteo Salvini de la derecha, que quería el Senado. La posición de Salvini produjo no pocas discusiones dentro de la coalición guiada por Silvio Berlusconi, la alianza más votada en las elecciones del 4 de marzo, y que pretendía llevarse la jefatura al menos de la Cámara Alta.
Algo parecido ocurrió el viernes en la Cámara de Diputados, que hizo tres votaciones sin llegar a ningún resultado. Pero el sábado, por lo visto, se logró el acuerdo entre el centro derecha y M5S (separadamente ninguno de ellos habría podido hacer elegir al presidente) y Roberto Fico, del M5S fue votado para el máximo cargo de la Cámara de Diputados. Fico, 44 años, napolitano, estudió Ciencias de la Comunicación. En 2005 comienza a colaborar con Beppe Grillo y el M5S. “Es necesario poner fin a un cierto modo de hacer leyes confusas. Me gusta imaginar un Parlamento como institución pensante. Que se interroga sobre qué debe hacer, que respeta a los ciudadanos”, dijo Fico en su discurso inicial.
El camino por recorrer para formar el nuevo gobierno todavía es largo. Está previsto que recién el 3 de abril, es decir después de la Semana Santa que en Italia tiene su peso, empiecen las consultas del presidente de la República Sergio Mattarella, con los distintos partidos y coaliciones para ver cuál de estas formaciones estaría en condiciones de formar un gobierno. Ninguno de los partidos ni coaliciones lograron la mayoría parlamentaria en las recientes elecciones y sin ella no se puede gobernar. Por lo cual el presidente deberá evaluar cuán fuertes pueden ser eventuales alianzas para sostener un gobierno.
La última alternativa es un gobierno “técnico”, que se encargue del país hasta tanto se cambie la ley electoral –dado que la actual de hecho no le permite a ningún partido conseguir la mayoría parlamentaria para gobernar– y se convoquen nuevas elecciones.