El fin de semana pasado, el ex intendente de La Matanza y diputado Fernando Espinoza fue electo presidente del congreso del peronismo bonaerense, con lo que quedó sellado la unidad en el distrito después de algún momento de zozobra vivido durante el verano. Con las dificultades que se ven para el armado nacional, Espinoza imagina que lo acordado en la Provincia –históricamente la mayor maquinaria electoral del PJ– puede servir de aliciente. De visita en la redacción de PáginaI12, Espinoza sostiene que “hay un antes y un después en la historia del peronismo de la provincia de Buenos Aires. Empezamos una nueva etapa con todos los sectores adentro del Congreso, con más de 755 congresales de toda la provincia. Logramos sellar algo que parecía increíble 15 días antes. Hay que pensar que hace unos meses fuimos a elecciones con tres listas distintas que se decían peronistas, y hoy esas tres listas están adentro. Creemos que a partir de esta unidad en la provincia de Buenos Aires vamos a ser un ejemplo para alcanzar la unidad en todo el país”.
–¿Ya hay un plan de acción delineado para construir la unidad del PJ?
–Lo primero que tenemos que entender los peronistas es que somos la columna vertebral de un gran frente electoral que debemos construir. Vamos a ganar la elección de 2019 en la Provincia y en todo el país haciendo acuerdos con el radicalismo nacional –hoy muchos ya están enfrentados con los radicales que siguen acompañando a Cambiemos–, hay que abrirle los brazos al socialismo, a los sectores independientes, a los productores rurales, del interior de la Provincia y a los empresarios pyme del GBA. Eso hay que construirlo durante este año a través de un acuerdo programático que tendrá que ver con el modelo de país que queremos. Si queremos una Argentina de la producción y el trabajo o una Argentina de la especulación financiera, como la que lleva adelante Macri. O como vemos en la provincia que gobierna Vidal, donde aumentan los gravísimos problemas de inseguridad y de narcotráfico.
–El Gobierno asegura que están bajando la inseguridad y el narcotráfico.
–No, todo lo contrario. Lo que sucede es que el gobierno de la Provincia, lo mismo que el gobierno nacional, tiene una gran protección mediática. Pero la realidad es otra.
–Cuando Gustavo Menéndez asumió como presidente del PJ bonaerense recibió críticas por las fotos que se sacó con Pichetto y con Massa. ¿Hay límites para los acuerdos de unidad?
–No hablamos sólo de peronismo, hay que hacer un gran frente nacional, una coalición pluralista. Para eso el único límite es el neoliberalismo: Macri, Vidal y todo lo que representa esta Argentina, que es una república aristocrática más que una democracia para todos. Con decisiones como la de sacarle 100 mil millones de pesos a los jubilados con la reforma previsional, esos millones fueron a parar a los grandes grupos económicos y a los especuladores de la timba financiera con la bicicleta de las Lebacs. El límite es ese.
–Hay gobernadores del peronismo que aparecen reacios a mostrarse en los encuentros de la unidad. ¿Cree que eso será un obstáculo para los acuerdos o es cuestión de tiempo?
–Todos los que representan a sus provincias y a sus ciudades tienen una gran responsabilidad institucional que es gobernar. Y no es lo mismo hacerlo con un gobierno nacional que cuida y protege a los sectores productivos que con un gobierno como éste, con el presidente que va a pasar a la historia como el más endeudador de la historia. En dos años endeudó al país en 52 mil millones de dólares, más que la dictadura militar. Un presidente que creó un partido judicial que día a día presiona opositores, persiguiéndolos y hasta encarcelándolos. Tampoco recuerdo en democracia un gobierno con tanto manejo sobre los medios de comunicación. En esas circunstancias, los gobernadores e intendentes tienen que estar en el día a día gobernando. El campo nacional y popular se va a unir para ganarle a Macri y para eso vamos a generar las herramientas necesarias. No hay más que escuchar a la gente.
–En su pulseada con los otros gobernadores, Vidal consiguió fondos para la Provincia. ¿Cree que al año que viene esos recursos extra se van a notar durante la campaña?
–La gente no es tonta. En octubre pasado, especialmente los sectores medios, le dieron al gobierno un aval más, y por eso nos ganaron 41 a 37 la elección la Provincia. Pero toda esa gente vivió lo que nos pasó durante estos cinco meses. Por algo Macri y Vidal muestran una caída de imagen en todas las encuestas. Los impuestazos, tarifazos y la quita de derechos a sectores como jubilados y estudiantes, hoy hay 100 mil chicos en la provincia de Buenos Aires que no pueden empezar el jardín de infantes porque no tienen aula, tienen consecuencias. La gobernadora todavía no resolvió el aumento a los docentes. Si la educación es el presente y el futuro de un país, qué clase de gobernadora tenemos que ya estamos casi a fin de marzo y los chicos todavía no tienen clases correctamente. Y con todo ese dinero de más que le dio todo el gobierno nacional. En lo que se refiere a salud, los hospitales de la Provincia están sostenidos en gran parte por los intendentes. En La Matanza tenemos dos hospitales provinciales cerrados. También tenemos una universidad nueva en La Matanza, que empecé a construir yo y terminó la intendenta Verónica Magario, que también está cerrada porque la Provincia no nombra los docentes. Ahí se ve cómo gobierna Vidal.
–La gobernadora tiene una preocupación especial con La Matanza, hay un proyecto para dividir el distrito que cada tanto intentan reflotar. ¿Cómo interpreta esa iniciativa?
–Eso tiene que ver con la idea de tomar a La Matanza como un botín electoral. Y no es un botín, es el municipio más importante de la Argentina. Somos dos millones de habitantes, la quinta provincia del país. Además, la capital nacional de la producción y el trabajo. Si ellos quisieran seguir haciendo progresar a La Matanza como progresó hasta 2015 tendrían que proteger a la industria, a los empresarios, abriendo la nueva universidad. Pero no hacen esas cosas, creen que si abren la universidad van a favorecer a la intendenta. No, van a favorecer a los seis mil chicos que van a ir a estudiar.
–¿Qué rol le correspondería a Cristina Kirchner en el armado político?
–Es una figura fundamental. Va ser parte de este gran frente electoral, ella me ha dicho que trabajemos para construir la unidad. Ya lo logramos en la provincia, ahora tenemos que hacerlo en todo el país. No hace falta decir lo que representaron los años de gobierno de Néstor y Cristina para el pueblo argentino. Después de Perón y Evita, el gobierno que más hizo por el pueblo.
–Pero daría la sensación de que en el peronismo hay quienes no quieren saber nada con el kirchnerismo. No queda claro si por motivos ideológicos o porque no quieren mostrarse con algunos de sus dirigentes.
–Este gran frente nacional y pluralista que tenemos que presentar en el 2019 va a ser como una gran familia que se vuelve a reencontrar. Hay que dejar de lado los problemas personales, los divismos, y hay que ganarle a Macri y a Vidal y poner un presidente y un gobernador que respondan a los intereses de las mayorías populares y no a los intereses de las elites.
–¿Le preocupa que este frente no encuentre los candidatos adecuados para competir?
–No me preocupa en lo más mínimo. Sé que el próximo presidente y gobernador va a venir de nuestro sector y van a proteger a los trabajadores, la clase media y los jubilados. Los candidatos los va a elegir el pueblo en una gran elección primaria con todos adentro y ninguno afuera.
–Esta semana tuvieron en Diputados una sesión complicada. Se suponía que había acuerdo para derogar el DNU de Macri y finalmente no ocurrió. ¿Qué pasó?
–Macri y Vidal se presentan como “la nueva política” y los grandes defensores de las instituciones, y Elisa Carrió de la república, y es lo contrario de lo que hacen. Lo que pasó en la Cámara fue bochornoso. En labor parlamentaria se acordó, incluso con Cambiemos, que se iba a derogar el DNU. Después, en vez de votarlo al principio de la sesión, dijeron que lo iban a votar al final. Lo cual ya también es un poco bochornoso, porque para votar una ley nueva primero habría que derogar el decreto anterior que trata sobre lo mismo y avasalló al Congreso. En ese decreto que no terminaron derogando está la embargabilidad de las cuentas sueldo, que ahora quedó en una nube jurídica, y la utilización de los fondos de los jubilados para generar un colchón a los bancos, en una timba parecida a lo que fueron las AFJP. Queda cada vez más claro que Macri no gobierna para los 40 millones de argentinos sino que lo hace para los banqueros, para la timba financiera y sus amigos empresarios.