Cuando han pasado algo más de ocho meses de la gestión de Jorge Sampaoli al frente de la Selección, sus distintas convocatorias han dejado claro que los jugadores del fútbol local corren desde muy atrás a la hora de ser considerados para sumarse al representativo nacional. Y si es difícil ser parte de la convocatoria, mucho más lo es conseguir minutos. La presente gira no parece ser la excepción. Fueron llamados Fabricio Bustos y Maximiliano Meza, de Independiente; Lautaro Martínez, de Racing, y Cristian Pavón y Pablo Pérez, de Boca. Por su buen momento, todos creían que el delantero de la Academia y el volante del Rojo iban a ser probados a fondo en la primera oportunidad, o sea ante Italia. Es más, Meza formó parte del once que Sampaoli probó no bien comenzó los ensayos en Manchester. Sin embargo, a la hora de la verdad, el elegido para la posición fue Manuel Lanzini, una debilidad del técnico según refieren quienes lo frecuentan. Y si bien es cierto que el hombre del West Ham inglés capitalizó esa confianza y estuvo a la altura de la oportunidad ante Italia, tal vez no exista un partido mejor para evaluar el rendimiento de Meza.
El juvenil delantero de Racing tal vez tenga minutos mañana, ante España. Y sería interesante que así sucediera, porque está claro que Sergio Agüero y Gonzalo Higuaín son número puesto para la lista de 23 que estará en Rusia. Entonces, se trata de ver si quien será jugador del Inter italiano después de la cita mundialista ratifica a nivel internacional el desequilibrio que marca en el fútbol doméstico.
En el 2-0 frente a Italia, Pavón jugó los últimos quince minutos. Y Sampaoli lo ubicó de extremo derecho, y eso es todo una novedad, en el sentido de que el técnico tiene claro que el cordobés rinde de la mejor forma en esa posición, por lo cual a la hora de evaluar las alternativas en ataque verá en el extremo de Boca una variante necesaria para romper por afuera vallados defensivos tan o más complicados como el implementado por la Azurra en Manchester, el viernes pasado.
El que la tiene complicada es Pablo Pérez. El volante de Boca ocupa un puesto donde Sampaoli prueba y prueba, aunque el capitán xeneize no ha podido mostrarse, más allá de los entrenamientos. Si esta gira representa la última oportunidad de subirse al avión mundialista, Pérez merecería un lugar ante España.
Bustos sí aprovechó el examen que le tomó Sampaoli ante Italia. Como lo hace todos los domingos en la Superliga, se mostró libre para ser salida y cuando lo buscaron para progresar hacia campo contrario a partir de la posesión, se asoció bien con Lanzini en el manejo corto y estuvo concentrado para no arriesgar el balón en jugadas sucias. Lo distinto lo hizo a la hora de proyectarse. Porque si bien pasó con acierto, a la hora de encarar prefirió apoyarse en el compañero que llegaba a su espaldas en lugar de buscar el desborde. El aspecto deficitario de los 88 minutos que estuvo en cancha ocurrió en la segunda parte, antes de que Argentina consiguiera la primera diferencia, ya que a sus espaldas Italia creó las chances que tan bien resolvió Caballero con sus atajadas. Por suerte para Bustos, para cerrar a sus espaldas estaba Otamendi, siempre claro a la hora de auxiliar a sus compañeros de la última línea.