¿Un adolescente? ¿Justo un adolescente? Entre todos los altos garcas del FBI, los incontables comandos infiltrados alienígenas, tanto Expediente X nunca del todo desclasificado y tamaña camionada de paradojas paranormales, resulta que la clave de todo, del futuro de la Humanidad, del éxito de la invasión extraterrestre, de la salvación de los terrícolas parece depender de… un pibe de 17 años.
El reaparecido hijo adolescente de los agentes Mulder y Scully fue el enigmático protagonista final de The X-Files. La serie de culto y madre de todas las conspiraciones cerró su temporada 11 hace apenas unos días, centrando su misterio en William, un muchachito al que siempre creímos hijo de la dupla investigadora y que, de pequeño, fue dado en adopción “porque corría un grave peligro”. Pero resulta que su dudoso linaje --mirá cuándo vinimos a enterarnos-- estaría conectado con ADN de aliens invasores y con una semillita misteriosamente colocada en la panza de Mamá Scully no por Papá Mulder, sino por uno los peores crápulas de las altas esferas del poder.
La simbología de que un adolescente sea clave y futuro está ahí afuera, pero… ¿cómo es William? ¿Cómo es el modelo de adolescente --y centro del universo-- que muestra The X-Files? El pibe tiene todo lo que tiene que tener un adolescente de la TV: no escucha a su viejo, no contesta cuando lo llama su vieja, es calentón, seductor, caprichoso, exagerado e impulsivo, y se siente incomprendido, todopoderoso, inmortal.
Además, atención, tiene el don de provocar alucinaciones, de enloquecer a los que lo rodean. Lo que llevó, tras una jodita, a que sus dos novias casi se desmembraran entre sí. En otras, palabras, el adolescente, si empoderado, es muy peligroso: hasta hizo estallar como tomates a unos misteriosos espías que intentaron cazarlo.
The X-Files ha hecho de las dudas un estilo, por lo que no sabemos qué pasará con William (de hecho ni siquiera puede confirmarse que la serie vaya a continuar, y la actriz que interpreta a Scully, Gillian Anderson, ya anunció que se baja acá). Pero sabemos que, incluso en el entorno de “mentalidad abierta” que supone el mundillo paranormal de la serie, los adolescentes no sólo son sinónimo de futuro, sino también de miedo y misterio.