La selección brasileña se sacó un karma de encima. En el Olímpico de Berlín, el equipo de Tite venció a Alemania, el último campeón del mundo, que en la anterior cita lo vapuleó 7 a 1. Gabriel Jesús marcó el único gol al filo del entretiempo.
La imagen de Brasil fue de una solidez notable, que lo posiciona como uno de los favoritos para Rusia 2018. Aunque ganó con lo justo, el combinado sudamericano fue práctico en su juego y se quitó la dolorosa espina del Mineirao de hace cuatro años, que superó al legendario Maracanazo de 1950.
El DT Tite se tomó el partido como una auténtica final, tras el 3 a 0 de la semana pasada a Rusia, mientras que Joachim Löw, el entrenador alemán, hizo cinco cambios respecto de la alineación que empató con España. Aunque Brasil se impuso con un gol afortunado (cabezazo de Gabriel Jesús que no pudo controlar el arquero Trapp), fundamentó su victoria en el compacto juego de equipo que no pudo desentrañar Alemania. Y sin Neymar en cancha, su as para la cita de Rusia.
Mientras tanto, Inglaterra recibió en Wembley a Italia, el gran ausente de la Copa de Mundo. Vardy abrió el marcador en el primer tiempo para los locales. Insigne empató a tres minutos para el cierre con un penal que fue cobrado mediante el sistema de videoarbitraje (VAR), la gran novedad para los arbitrajes del Mundial.