Heridas abiertas

 

El poder establecido y dominante en la región argentina, detentado por las diversas facciones de la burguesía, se empecina en imponer de diversos modos que en la década del '70 hubo una guerra. Esto es una falacia y no responde a la verdad de los hechos. Una cosa son los conflictos y las luchas de clases, y otra cosa una guerra. El Rosariazo, el Cordobazo y otras revueltas fueron clara expresión del hartazgo de las clases explotadas y oprimidas. En efecto, con mala fe la burguesía emparenta estas luchas con el foquismo de las organizaciones armadas. Este reduccionismo no es casual. Solo busca justificar el terrorismo de Estado instaurado desde agosto de 1972 en Trelew y con antecedentes en el siglo XIX con la campaña de exterminio y expoliación comandada por Roca. La continuidad represiva a comienzos del siglo XX, durante 1909. Con Yrigoyen en 1919, 1921 y 1922. En la década infame, con fusilamientos y persecuciones. Penina, Di Giovanni, Scarfó, los Presos de Bragado. Bajo el peronisno. También después del '55. Hitos imborrables. La operación masacre de 1956. Y un largo etc. El imperio de la triple A. El golpe de 1976. Todas heridas abiertas y sangrantes.

Además de los actuales crímenes de Estado: Santiago Maldonado, Rafael Nahuel y los rehenes en prisión o procesados por las protestas callejeras de diciembre de 2017.

Un denominador común, la represión coaligada del Estado y el capital para sembrar el terror.

Carlos A. Solero.

Miembro de la APDH.