La policía salteña aconsejó al gobierno de la provincia que exonere a una agente que denunció a su jefe por acoso laboral y violencia de género luego de que él le negara tiempo de lactancia y resolviera su traslado, mientras que la policía le descontó sueldo que debía cobrar por su licencia por maternidad. Poco antes de que comenzara el acoso, la misma agente había denunciado a cinco funcionarios policiales por presunto vínculo con el tráfico de drogas, tras lo cual –en agosto del año pasado– la propia policía de Salta destituyó a esos policías denunciados por considerar que habían cometido “faltas graves”. Medios provinciales, que dan cuenta de la seguidilla de denuncias desde hace dos años, señalaron que el acoso a Gay comenzó como consecuencia de aquella denuncia inicial. La de Gay es “una situación bastante grave, que tiene que ver con la agenda negra de violencia de género e institucional que existe en la Policía de Salta”, advirtió el abogado de la mujer, Pablo Cardozo.
La policía Gay cumplía funciones en una dependencia de General Mosconi, donde se desempeñaba como operadora comunitaria, de violencia familiar y gestión de calidad. “Me gustaba mi trabajo, lo hacía con pasión y sin que tengan jamás una queja de mí”, aseguró la mujer. Su abogado detalló que los problemas comenzaron poco antes de que ella denunciara a compañeros de la dependencia por presuntos vínculos narco. Inicialmente, la policía “informó a la superioridad” que una sargento había maltratado a una niña en un cuerpo infantil de la fuerza, dijo el abogado. Gay había detallado la situación al jefe de la Unidad Regional 4, Juan Carlos Míguez. Poco después, él mismo pidió que la mujer fuera trasladada, pero la medida no se concretó enseguida. “A las dos semanas de este problema se realizó un procedimiento antidroga en Acambuco, en el que se enfrentaron policías y gendarmes, y uno de los policías que aún está prófugo es cuñado de esta sargento”, explicó la policía. Tras el operativo y la investigación, exoneraron de la Policía a la sargento en cuestión, a su hermana y al cuñado, “que es el que está prófugo” actualmente. Unos días después, denunció Gay, “comenzaron las persecuciones: me hacían presentarme a trabajar en mis descansos, no me daban la hora de lactancia, tenía un exceso de control, me cortaron ilegalmente la licencia por maternidad con descuentos de sueldo”.
En septiembre de 2016, Gay denunció a sus jefes ante la Justicia. En febrero de 2017, la jueza Elba Menéndez verificó que la policía provincial había realizado descuentos injustificados a Gay, y ordenó que le fueran reintegrados los haberes que le correspondían, inclusive durante la duración de la licencia psiquiátrica y psicológica que solicitó luego de denunciar a su jefe inmediato por violencia laboral y de género. Además, también determinó que la policía debía garantizarle a Gay “las licencias médicas necesarias para reparar las consecuencias de la violencia sufrida”. En la misma resolución, Menéndez intimó al jefe Miguez a “abstenerse de ejercer violencia física y psíquica”, proferir insultos, palabras agraviantes o groseras y “desplegar conductas amenazantes” en contra de la agente; además, le prohibió al comisario “acercarse” a Gay. El fallo, que fue apelado por la policía y por Míguez, luego fue ratificado por la cámara. Sin embargo, Gay terminó denunciando al Ministerio de Seguridad y a la policía provincial por desobediencia judicial.
Luego de los fallos, Gay dio entrevistas a medios provinciales para contar la situación, por lo que la Policía le inició un sumario y le dictó una seguidilla de suspensiones. La mujer, además, denunció que su familia fue amenazada. “El secretario de Seguridad de Salta, Jorge Ovejero, hace poco dio una nota periodística diciendo que yo soy problemática por la serie de denuncias que hice”, denunció Gay. Su abogado, además, sostuvo que inclusive el jefe de la Policía de Salta, Ángel Silvestre, “se sumó a esta campaña de desprestigio en contra de Yanina”, y detalló que la Policía le solicitó al gobernador que “la exonere”, mientras “piden que se lo exculpe a Míguez”.