El archivo es lapidario con los vaivenes políticos y esta vez dejó expuesta a la “inmaculada” impulsora y socia de Cambiemos, Elisa Carrió. La líder de la Coalición Cívica aparece al tope del ranking de los diputados que canjearon por dinero los 20 pasajes aéreos y 20 terrestres que la Cámara baja entrega mensualmente a cada uno de los legisladores que integran el cuerpo: Carrió no utilizó ninguno a lo largo de 2017 y se hizo de un ingreso extra de 355.800 pesos. Su integración al oficialismo cambió radicalmente la postura que esgrimía cuando desde la oposición cargaba contra el kirchnerismo y negaba que ella canjeara los pasajes por dinero: “Yo viajo en clase turista y me los pago yo. No pido pasajes al Congreso como sí lo hace el resto. Tengo la lista de los viajeros, no mientan”, posteaba la diputada desde su cuenta oficial en la red social Twitter en agosto de 2015 en plena campaña electoral. El ex diputado del FIT-PO, Néstor Pitrola –autor del proyecto contra el “dietazo” que promovió la administración Cambiemos en el Congreso– salió con los tapones de punta y hasta reveló que la propia Carrió le dijo que canjeaba los tickets por dinero porque “no le alcanzaba para pagar la tarjeta”.
La ONG Directorio Legislativo, dedicada al “Parlamento Abierto y Transparencia Legislativa”, publicó un trabajo sobre el “control del canje de los pasajes de los diputados” y dejó expuestos a los legisladores que cambian la mayoría de esos pasajes por dinero. Un ranking que elevó a Carrió al primer puesto durante 2017. Pero el trabajo de la ONG también dejó al descubierto las mentiras de la diputada de la Coalición Cívica y socia política del macrismo. Carrió también figuró en el top five de quienes canjearon tickets de pasajes por dinero en los años 2015 y 2016, el mismo en el que la diputada negaba por Twitter recibir pasajes del Congreso y que sus pasajes se lo pagaba ella. Tal vez con el dinero del canje.
“Quien se autodenomina fiscal de la República canjeó la totalidad de los pasajes de 2017 por dinero, que obviamente no paga Impuesto a las Ganancias. Se trata de un adicional de 480.000 pesos anuales que se suman al aumento del viático”, dijo Pitrola sobre Carrió en una entrevista radial tras conocerse el informe. El ex diputado del FIT, insistió en que sobre este tema “no hay grieta” entre Cambiemos y el kirchnerismo y reveló que cuando encabezó la resistencia al “dietazo”, Carrió le dijo que canjeaba los pasajes porque “no alcanzaba para pagar la tarjeta”.
Otro de los críticos de los beneficios legislativos de los pasajes que quedó expuesto fue el ex discípulo de Carrió y ahora diputado ultramacrista Fernando Iglesias. El ex lilito, que regresó a la Cámara baja en la boleta del oficialismo porteño Vamos Juntos e integra la bancada del PRO, se alzó a fin de año con 28 mil pesos en canjes de pasajes no utilizados.
El legislador que se ganó el mote de “dipu troll”, luego que un informe de Amnistía Internacional que lo señaló como una de las usinas del oficialismo en dirigir los ciberataques contra los periodistas que cuestionan medidas del Gobierno, no soportó las críticas, bromas y cargadas en las redes sociales y salió a cubrirse: “Repito lo que dije. 1) Ni un peso quedará en mis bolsillos. 2) Me comprometo a seguir impulsando el cambio del sistema, como he hecho desde que ingresé a la Cámara. Fin de la transmisión. Saludos”, escribió ayer en su cuenta oficial @FerIglesias.
Luego posteó en la misma red social, dirigido a un grupo de periodistas oficialista, su decisión de donar los “105.300 pesos del canje de pasajes” que cobró durante los meses de diciembre, enero y febrero” a la fundación del Hospital Garrahan. Sin embargo, la foto del ticket del depósito realizado ayer a las 11.58 horas (en medio de las criticas) es de solo 40 mil pesos. Allí también anunció que renunciaría a ese beneficio. Por la tarde hizo pública la nota que dirigió al presidente de la Cámara, Emilio Monzó, para solicitarle que “en el futuro no se me acredite el valor monetario del canje de pasajes por transferencia a mi cuenta ni por ningún otro medio”. Una decisión tardía para quien fue duro crítico del sistema pero que no dudó en cobrar el dinero de los canjes.