El gobierno de Ecuador le suspendió los sistemas que habilitan comunicarse con el exterior a Julian Assange desde la embajada ecuatoriana en Londres, donde se refugia desde 2012, tras opinar sobre la detención de Carles Puigdemont y sobre la expulsión de diplomáticos rusos.
En un comunicado divulgado este miércoles, el gobierno de Lenín Moreno advierte además al ciberactivista australiano que podría adoptar “nuevas medidas ante el incumplimiento del compromiso’’ de Assange de no inmiscuirse en esos temas. “La medida fue adoptada ante el incumplimiento por parte de Assange del compromiso escrito que asumió con el gobierno a finales de 2017, por el que se obligaba a no emitir mensajes que supusieran una injerencia en relación a otros Estados’’, señala el texto. Todavía es incierto si lo dicho últimamente por Assange rebasó la paciencia de Ecuador, que pese a los múltiples llamados de atención le mantiene la protección diplomática.
Quito no ofreció detalles de qué tipo de comunicaciones le fueron cortadas ni de cómo Assange incumplió el acuerdo, aunque la medida fue anunciada luego de que el fundador de WikiLeaks reprochó el lunes, a través de Twitter, la expulsión coordinada de diplomáticos rusos por los países occidentales.
El martes, el secretario de Estado para Asuntos exteriores británico, Alan Duncan, declaró en la Cámara de los Comunes que “es muy lamentable que Julian Assange se quede en la embajada de Ecuador” y añadió que “es hora de que ese miserable gusanito salga de la embajada y que se entregue a la justicia”. El último mensaje en la cuenta de Assange en twitter, en respuesta a las declaraciones de Duncan, es del martes.
El primer tema que despertó el enojo del gobierno ecuatoriano fue la comparación que hizo de la detención del dirigente independentista catalán Carles Puigdemont, el pasado domingo en Alemania, con la de Lluís Companys por la Gestapo en 1940, para su posterior extradición a España y fusilamiento por el régimen franquista. Entre otras cosas, el periodista australiano tuiteó que “Alemania tiene su primer preso político”.
Esta misma semana, el activista también criticó por Twitter la decisión del gobierno británico de expulsar a diplomáticos de Moscú en respuesta al envenenamiento del doble espía ruso Serguéi Skripal. “A pesar de que es razonable que Theresa May (primera ministra británica) piense que el Estado ruso es el primer sospechoso, hasta ahora las pruebas son circunstanciales”, sostuvo el activista sobre el hecho, cometido en territorio británico.
“El comportamiento del fundador de Wikileaks, con sus mensajes en redes sociales, pone en riesgo las buenas relaciones que el país mantiene con el Reino Unido y la Unión Europea”, aseguró el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana ecuatoriano en un comunicado publicado en su página web. “Por todo ello, para prevenir potenciales perjuicios, la embajada en Londres interrumpió este 27 de marzo las comunicaciones al exterior a las que tiene acceso Assange”, agregó la cartera.
La ministra de Relaciones Exteriores de Ecuador, María Fernanda Espinosa, se refirió a la decisión y explicó que Assange “no cumplió un acuerdo que él mismo firmó de silencio y de no intervención en temas internos de otros Estados”. “Violó el compromiso, por lo que hemos procedido a cortarle el acceso a las comunicaciones”, agregó Espinosa en un acto público en Quito.
Fernando Espinosa anunció que una delegación del gobierno ecuatoriano se reunirá “la próxima semana” en Londres con el equipo de abogados de Assange para “explorar cuáles son las alernativas” que quedan para que pueda salir de la embajada. Para Michel Levi, internacionalista de la Universidad Andina Simón Bolívar, incomunicar a Assange “no implica un cambio de política en relación al asilo, sino hacer cumplir sus condiciones”.