La actividad económica aumentó 4,1 por ciento en enero respecto del mismo mes del año pasado y anotó un alza del 0,6 por ciento en relación con diciembre. El incremento es resultado en buena medida de un efecto estadístico: en enero del año pasado el nivel del Producto estableció una baja base de comparación. Para el total de este año, pese a los datos de expansión del primer mes de 2018, los consultores esperan una desaceleración de la actividad económica respecto de 2017, lo cual se combinará con una inflación que no cede y una mayor volatilidad del dólar.
El Indec registró una importante suba de la producción interanual en casi todos los rubros que explican el indicador general de actividad económica (Emae). Se registraron aumentos del 8,2 por ciento en agricultura, del 44,8 por ciento en pesca, del 4,0 en minería, del 2,7 en industria manufacturera, del 14,3 en construcción, del 5,5 en comercio mayorista y minorista, del 2,6 en hotelería y restaurantes, del 1,6 en transportes y comunicaciones, del 4,9 en intermediación financiera y del 4,2 en actividades inmobiliarias. El único bloque con caídas fue servicios públicos de luz, gas y agua (-1,2 por ciento).
La expansión de la actividad es un efecto rebote sobre la baja base de comparación de inicios de 2017, un elemento explicado por la fuerte caída de la actividad en 2016. La serie de estadísticas del Indec muestra que en el primer año de gestión del Gobierno se destacaron las bajas del 5,2 por ciento en agricultura, de 11,2 en construcción, del 2,4 en comercio mayorista y comercio minorista, del 3,2 en intermediación financiera y del 0,1 en actividades inmobiliarias.
Este año las perspectivas del mercado respecto de la actividad económica no son muy optimistas. Los consultores de la city, por la aceleración de la inflación en los últimos meses y la mayor volatilidad cambiaria, empezaron a ajustar a la baja la proyección de crecimiento del PBI para este año. La ubican ahora en torno de 2 por ciento, con algunas perspectivas que la calculan incluso por debajo del 1,5 por ciento. Se trata de cifras que son la mitad respecto del pronóstico oficial de crecimiento para el año (3,5 por ciento). La sequía, la mayor incertidumbre financiera internacional y la insuficiencia de inversiones en el sector real de la economía limitan la actividad. La inflación y la volatilidad del dólar son otros factores que provocan tensión en materia de crecimiento.