El dólar cerró ayer a 20,46 pesos, con una baja de 4 centavos. El Banco Central siguió con su política de intervención para moderar las presiones cambiarias y sacrificó 116 millones de dólares. En el mes acumuló ventas por 2041 millones de dólares, una cifra que equivale a 20 años de transmisiones de fútbol gratis como hubo hasta el año pasado. Esta es una forma de mostrar que el Gobierno ajusta en lo chiquito pero prioriza y no escatima recursos en el subsidio a los inversores financieros. Con las intervenciones del Central, los empresarios que fugan divisas operan con un tipo de cambio subsidiado menor a 21 pesos, un precio que en el mercado nadie considera real.
El Ministerio de Finanzas, por otra parte, informó ayer que recibió un crédito por 1000 millones de dólares a 18 meses del HSBC, en una ampliación de su programa Repo. El ingreso de deuda por ahora sostiene el nivel de divisas de la entidad pero los informes de consultoras del mercado ya hacen cálculos sobre cuánto puede aguantar el BCRA vendiendo a este ritmo. La tensión que mencionan es que en las últimas semanas en lugar de frenar la demanda de divisas especulativas, la incrementó con la liquidación de dólares baratos. La expectativa es que la cotización es artificial y más temprano que tarde pegará el salto.
El Banco Central esta semana dio pistas de que no cederá en su política de intervención. En un comunicado indicó que considera que el valor del dólar está más alto de lo que debería y que aplicará a fondo sus instrumentos para evitar que siga en aumento. La desregulación de los flujos de capitales de los últimos dos años dejó a la entidad con menos herramientas para intervenir: le queda la tasa de interés y las reservas. El problema es que políticamente fue obligado a no tocar la tasa hacia arriba, lo cual descomprimiría presiones con el dólar, por lo que en la práctica sólo puede contener la divisa vendiendo reservas.
La Bolsa porteña cerró ayer con una baja de 0,3 por ciento y en el mes registró un retroceso de 5,5 por ciento.