A los 39 años, Pablo Guiñazú se ha transformado en un referente de Talleres, por trayectoria y también por su rendimiento actual. Por eso su palabra transmite del mejor modo cómo vive el plantel que conduce Frank Kudelka la previa al choque ante Boca, el líder de la Superliga, el domingo. El mediocampista sostuvo que para conseguir un triunfo en la Bombonera “tenés que estar lúcido 95 minutos”. “No sé cómo se le juega, no alcanza con meter ni sólo con jugar, tenés que hacer las dos partes de forma equilibrada, estar muy bien porque estás enfrentando al mejor del campeonato”, agregó.
“Va a ser un partido de mucha trascendencia por cómo llegamos los dos en el sentido de puntos, de posición en la tabla. Estamos ahí, en una situación que nosotros creamos, porque cada partido nos jugamos la vida, por haber ido sumando y ganando partidos”, analizó el futbolista surgido en Newell’s.
Sobre las posibilidades de Talleres de quedarse con el título, Guiñazú consideró que “falta muchísimo, son siete partidos, 21 puntos, sí tenemos un partido clave, bisagra, puede ser que aumente la chance de acercarse”.
El plantel del escolta del Xeneize realizó trabajos tácticos ayer en el predio Amadeo Nucetelli, y la luz de alerta se encendió con la ausencia en el fútbol reducido de Juan Ramírez, quien por una molestia física fue preservado, aunque no tendría problemas en llegar en condiciones para el domingo. Por eso, la formación que paró el técnico estuvo integrada con el enganche Nicolás Giménez, quien reemplazaría a Ramírez en caso de que no llegara. Además nuevamente apareció entre los titulares Aldo Araujo, quien sería parte de la formación inicial en lugar del juvenil Cristian Ojeda, mientras que Matías Pisano, con una dolencia en el tobillo derecho, no completó la práctica. El que sí trabajó con normalidad fue el central Javier Gandolfi, recuperado de un microdesgarro, aunque Kudelka decidió ubicarlo dentro del equipo alternativo.