Javier González Fraga señaló, en una reciente entrevista, que “el crecimiento ya no se puede impulsar a través del consumo” y el “motor debe ser la inversión”. “El consumo va a crecer por añadidura, como furgón de cola, como tiene que ser”, aclaró el asesor presidencial. “El aumento del consumo como estrategia de crecimiento te lleva muy rápidamente a la inflación, que aborta el crecimiento y genera huida de capitales”, sostuvo el ex titular del BCRA en tiempos de Carlos Menem. Por último indicó que “si el consumo está planchado es porque la gente está ahorrando y eso se ve en la compra minorista de dólares”.

Es bastante particular que el consumo sea considerado la causa de la inflación y, por otro lado, este año que estuvo “planchado”, la inflación lejos de bajar, casi se duplicó frente a los valores del año pasado. También que el consumo provoque “huida de capitales” y cuando se para, es porque la gente “está ahorrando” en dólares, es decir, fugando capitales. Más lógico sería concluir que si la inflación y fuga de capitales persiste en escenarios de suba y baja del consumo, es porque tienen causas independientes del mismo.

Pero esa simple deducción lógica implica modificar el ABC de la crítica ortodoxa a la política económica kirchnerista. A saber, que impulsó el consumo descuidando la inversión, que ello generó un exceso de demanda sobre la capacidad de producir bienes y que se tradujo en inflación y fuga de capitales. Pero si ello no fue así, ¿por qué se pasó del crecimiento a tasas chinas al estancamiento económico de los últimos años? La respuesta no es por el límite que le puso la falta de inversión al consumo, sino por el que generó la falta de dólares tanto al consumo como a la inversión. Desde esa perspectiva, el debate sobre si el consumo es el “furgón de cola” o la “locomotora” de la inversión era relativamente secundario. La cuestión central pasaba porqué tipo de consumo e inversión era prioritario para expandir una economía estrangulada por la falta de divisas. 

A modo de ejemplo, el excesivo consumo de electrónica o automóviles con elevados componentes de importaciones fogoneado por el sistema financiero y políticas públicas luce poco conducente para una economía cuya principal restricción era la falta de dólares. Tanto como hacer frente a la escasez de divisas con políticas que frenan la construcción de viviendas, la expansión de servicios recreativos, deportivos, educativos o de salud, que prácticamente no requieren insumos importados. De la misma manera, la expansión de la inversión puede agudizar la falta de dólares si requiere maquinarias y equipos importados de elevado valor. Mucho más cuando se realiza en sectores que aportan poco en materia de sustitución de importaciones o incremento de exportaciones y que, por lo tanto, no permitirán recuperar esas divisas gastadas inicialmente.

Ahora bien, si tras el acuerdo con los fondos buitre el macrismo pateó hacia adelante el problema de falta de dólares endeudando al Estado, ¿por qué no arranca el consumo ni la inversión?.

@AndresAsiain