En febrero de este año el exitoso sitio cómico Funny or Die (algo así como “Diversión o morir”) despidió a todo su comité editorial. El cómico Matt Klinman explicó en Twitter: “Mark Zukerberg acaba de entrar en Funny or Die y despidió a todos mis amigos”. Según Klinman el proceso fue como el de muchas otras industrias culturales: primero Facebook sirvió como plataforma para difundir sus contenidos pero una vez que se transformó en la principal puerta de acceso cambió sus políticas para captar parte del dinero de ese nicho, por ejemplo, publicando en su propio sitio los videos o exigiendo pagos para mostrarlos a los usuarios. El resultado es la muerte de algunas de sus (muchas) gallinas de oro.
Esta es una muestra de lo que ocurre con industrias relativamente menores, pero hay jugadores muchos más grandes preocupados por lo mismo. Rupert Murdoch, uno de los más poderosos propietarios de medios del mundo (accionista de Fox News, dueño de The Sun y The Times, entre otros) se cruzó con Mark Zukerberg durante una conferencia de multimillonarios en 2016 y le advirtió que estaba muy enojado con Facebook y Google, sobre todo por su avance sobre el mercado publicitario que estaba afectando al resto de los medios. El aviso indica que los grandes medios no piensan languidecer sin dar batalla y pueden presionar para una acción legal antimonopólica. Por su parte Zukerberg insiste en que su empresa no es un medio de comunicación sino una plataforma, pero cada vez convence a menos gente