Quiero comenzar esta nota reconociendo una culpa: yo fui parte de la Campaña del Miedo. Fui uno de los tantos que dijo, en los días previos a San Balotaje, patrono de los ingenuos, que si llegaban a ganar nuestros actuales Autoritarios, iban a a provocar inflación, recesión, desocupación y represión, “Los 4 jinetes del Aprocalipsis”. Honestamente, pensé que todo eso era muy malo para nuestra benemérita ciudadanía en general y en particular.
Me equivoqué. Mucha “gente aspiracional” (ex pueblo, ex ciudadanos de un Estado de cierto bienestar, ex La Patria es el Otro), votaron por este “Gobierno de los meros“ (¿no es eso la meritocracia?) en el que no es tan importante que a uno le vaya bien, en tanto al vecino le vaya muy mal.
Y lo volvieron a votar. Y quizás lo vuelvan, y lo vuelvan a votar.
Ellos justifican todo lo que haga o diga, o “ni haga ni diga” el Sumo Maurífice, aunque afirme que Rivadavia, el Padre de la Patria Deudora, repatrió los restos de San Martín, para lo cual seguramente tuvo que apelar al Dr. Mortensen, para revivir y poder proceder a la repatriación.
O las aventuras de la Suma Patrífice, quien no apela a Rivadavia, sino a otro prócer, el Gral Roca, a quien no intenta resucitar como su gran jefe, pero sí imitar, produciendo una nueva “Expedición al desierto que ahora tampoco está desierto”.
Se ve que para ella, “originario” es sinónimo de “imaginario”. Entonces puede transformar a los mapuches en una secta digna de una mejor historieta que haría sonrojar, de vergüenza, a Stan Lee, o a nuestros Oesterheld, Solano López o Muñoz-Sampayo.
Dirá usted, lector, lectora, que no estamos siendo justos. Que solamente señalamos las fallas de nuestros autoritarios, y no sus grandes logros
Tiene usted razón, y lo vamos a remediar.
Empecemos por decir que están encabezando una verdadera Revolución, con himno propio y todo, como las que son “ revoluciones de verdad”. Sí lector, así como la Revolución Francesa” tuvo “ La Marsellesa” y la Revolución Soviética a “La Internacional”, La revolución de la alegría tiene al “Hit del verano” que ya se entona en todas las canchas al inicio de los partidos, y por lo que se, se está traduciendo al ruso para que acompañe a nuestros jugadores en el Mundial.
Pero eso sólo sería muy poco. Hay más, mucho más.
Otros gobiernos, cortos, poco visionarios, anticuados, intentaban mejorarle la vida a los ciudadanos “que ya estaban aquí y votaban”, de una manera visible, pero éste va mucho más allá y genera crecimiento invisible que apunta a mejorarle la vida a ciudadanos también invisibles, pero con derechos: los embriones.
Ya hemos mencionado, hace un par de semanas, algunas ideas como la “Asignación universal por embrión” que permitirá obtener dinero a todos los que demuestren que aún no han nacido, y el “Matrimonio Embrionitario”, que podrá permitir que alguien que ya nació se case con alguien que todavía no.
Pero a la hora de defender a los seres inexistentes, nuestros Alégricos Mayores no tienen límites, son capaces de destruir cualquier grieta, brecha o precipicio, y también a la poesía.
Para ello El Sumo Maurifice apelo a un apellido ilustre: los Bullrich. Como Silvina, la más adecuada a la hora de escribir, falleció hace más de 20 años, y Patricia estaba muy ocupada chocobarizando el país, tuvo que ocuparse Esteban.
El Gran Antiabortador ya demostró su condición de todo terreno en la película que Pino Solanas no se animó a filmar “La Hora de los Lapsus”. Allí nos deleitó con escenas inolvidables: “La Educación como Mercancía” “ La Pyme Ana Frank”, “El Corazón que hace ‘si, se puede’” “Disfruten la incertidumbre aunque yo los garque siempre” “Drones de bicicletas” , y ultimamente “Fetos Sucios y Malos”
Ahora, aprovechando que Borges, Gelman y tantos otros no están, se hace cargo de nuestra lírica, y “poematiza” en nombre del embrión. Su poema no se llama “Mi mamá me ama”, porque eso delataría a un niño ya nacido y en edad de ir a la escuela-container. Por eso, invirtió el sentido, y lo intituló: “Yo te amó mamá, como nadie lo hará”. Rara paradoja, que quien postule el disfrute por la incertidumbre pueda afirmar con tanta certeza que ese embrión aun no nacido va a profesar a quien lo lleva en su vientre mucho más amor que los seres –hijos-pareja-familares-amigos- ya nacidos.
Quizas el parto disminuya la capacidad de amar de los seres. Quien sabe
Van fragmentos ( sic)
“Sonrisa muda de alegría, pese a sentir que en breve se le irá su vida.
Manito tibia llena de amor, que no se abrirá al sol y con dolor.
Esperará con tristeza su muerte, sin entender porque le corre esa suerte.
Tanto amor y deseos de abrazar, serán mutilados y en sangre se ahogarán”
Tanta capacidad de simbolizar, tanta metáfora toda junta, tanta rima puesta encima, nos dejan sin palabras, lector, lectora.
Por eso no hemos de decir nada más. Solamente confiamos en que la sensibilidad de nuestros compatriotas hará que muchos de ellos y ellas llamen a sus embriones. (hasta que nazcan o no, y pierdan capacidad de amar; ahí le cambian el nombre) como su bienamado protector. Lo merece
@humoristaRudy