Ahora que está de moda cruzar la cordillera de los Andes para hacer compras, se impone compartir una sugerencia en clave diseño. Sobre todo porque es una apuesta por lo local. Se trata de un nuevo hotel en el efervescente barrio Italia llamado Maison Italia 1029, pronto a inaugurar en Santiago, que en su primera etapa acaba de abrir una nueva galería de diseño cien por ciento chileno apodada Espacio Esquina, una plataforma efectiva de difusión y comercialización de lo nacional. 

Sus dueñas, Camila y Marion De Prada, diseñadora de vestuario con magister en fashion management de la Domus Academy (Milán)  y administradora hotelera, respectivamente, convocaron como curadora a Carolina Cristi, periodista especializada en diseño, arquitectura y tendencias para la selección que paso por algunos de los referentes del país vecino.

Catorce exponentes de la escena reunidos bajo la exposición Diseño hecho en Chile, una retrospectiva con profesionales que se destacaron sobre todo la última década, época en la cual resurgió una nueva camada de diseñadores con creaciones vanguardistas y una mirada local.

“Las piezas seleccionadas no sólo son creaciones contemporáneas de buena factura, sino que  toman como máxima lo local, llevando las técnicas, los procesos, las materialidades y lo ancestral a nuevas expresiones, significados y usos cotidianos. El núcleo de la muestra está conformada por creaciones que cruzan desde la joyería contemporánea, pasando por el diseño de vestuario a objetos utilitarios hasta llegar a la parte editorial con el libro llamado Nuevos Creativos Chilenos de Juan Pablo Fuentes que compila a los nuevos diseñadores nacionales, entre otros”, adelanta Cristi.

 

Así dan el presente las bellas joyas de los diseñadores detrás de la colección Híbrida –Eduardo Sepúlveda y Angélica Delgado–. Sus líneas privilegian en su proceso la producción lenta, a baja escala y la revalorización del trabajo hecho a mano. Se inspiran y reelaboran los elementos étnicos y bio-mórficos, explorando en la construcción de formas volumétricas, accesorios tridimensionales y esculturas textiles.

El mobiliario de la diseñadora industrial Bernardita Marambio, que desde el 2010 cuenta con su propio estudio creando productos en base a la experimentación material y aplicaciones gráficas, rescate de materias primas y de relatos históricos ligados al desarrollo del arte y el diseño re -pensando y re- interpretándolos en nuestra época. En la galería presenta Demodé, bancos y sillas, fabricados mediante un material que rescata residuos textiles mezclados con un adhesivo 100 % biodegradable a base de almidón, que le otorga alta resistencia estructural.

Los objetos de Si Studio liderado por la diseñadora Verónica Posada, como el Origami Hunter (2009), una abstracción del muro tradicional de un cazador (las cabezas de animales colgando de la pared son reinterpretadas como una colección de lámparas diseñadas siguiendo los principios del origami)  y Candelabro Topográfico (2013), un objeto/escultura de cerámica cuya forma está basada en las maquetas topográficas.

 

Por último, entre otros, dan el presente  dos de las diseñadoras chilenas más talentosas.  Paolo Silvestre con sus colecciones  Malí (2013) y Delota (2015). La primera es una línea de objetos utilitarios y luminarias inspiradas en la artesanía de Quinchamalí y desarrolladas por la diseñadora con la colaboración del ilustrador Kartess, que hacen un recordatorio emocional de la tradicional cerámica, como “La guitarrera” o el chanchito de tres patas. Y Delota, una colección de utilitarios para el hogar confeccionados en piedra de carbón tallada a mano por ex mineros del carbón de Lota y recubierta en colaboración con artesanos de la VIII Región. Silvestre es una virtuosa diseñadora industrial que ha trabajado permanentemente con prototipos fabricados en materiales típicos chilenos, tales como mimbre y greda. Su exploración busca rescatar la artesanía local y capturar la belleza de las formas orgánicas, junto con transformarlos en objetos cotidianos. En sus piezas hay un recordatorio permanente de nuestra identidad, un ADN de rasgos, costumbres e idiosincrasia. Las colecciones.

Por último, entre otros, se destacan las bellas líneas Las Chilotas, Classic y Deluxe (2013 y 2015), de joyas, collares y brazaletes que rescatan, perpetúan y generan una mirada innovadora al tejido hecho a mano propio del sur de Chile de la talentosa Natalia Yáñez. Su proceso productivo considera la transferencia tecnológica entre la disciplina del diseño y el sector artesanal; aprovecha el desarrollo intelectual popular, mantiene viva la identidad nacional y lo reinterpreta y contemporiza. Su propuesta ha viajado a ciudades, tales como Milán, Londres, entre otras. En Chile, es su primera exhibición.

“En esta ocasión, agrega Cristi, no sólo se podrá revisitar creaciones reconocidas y premiadas, sino también piezas discontinuadas como la banca 100% y las tazas Tawu de Rodrigo Alonso, o bien, diseñadores que ya están fuera del circuito, como es el caso de la diseñadora de vestuario Carola Muñoz. Hay también propuestas más desconocidas. Un ejemplo es el caso de Carlos León con su última colección Chess y el trabajo de Rodrigo Pinto en cerámica. La exposición Diseño hecho en Chile tendrá además colecciones que aún no son lanzadas, tal como el caso de la diseñadora textil porteña que adelanta su colección Pitti Palacios por San Marino, con un lanzamiento programado en enero del 2017, o bien, diseños que nunca han sido exhibidos en territorio nacional como es el caso de la joyería contemporánea de Yáñez. La última década ha sido muy prolífera en términos de creativos chilenos que han llevado la bandera del diseño chileno. Cada uno de ellos exploran diferentes caminos, y cada uno puede representar una visión de lo que es el diseño local y de autor. Hay quienes se han volcado a rescatar el valor de la tradición y del oficio de artesanos, que en muchos casos con el paso del tiempo ese conocimiento se está perdiendo con las nuevas generaciones”, remata.