Los costarricenses eligen hoy a su nuevo presidente, en un balotaje cuyo resultado es incierto. El predicador evangélico Fabricio Alvarado se enfrentará en segunda vuelta al candidato oficialista de centroizquierda, Carlos Alvarado.

El primer Alvarado es un periodista y diputado de 43 años, y el segundo, un comunicador y politólogo de 38 que concurre como candidato del oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC). Ambos políticos quedaron habilitados para ir a la cita electoral de hoy después de que en la primera vuelta ninguno de los 13 candidatos se alzara con el mínimo del 40 por ciento de los apoyos requerido para eludir un balotaje.

En la primera vuelta, celebrada el 4 de febrero, se impuso Fabricio Alvarado con el 24,91 por ciento de los votos, mientras que Carlos obtuvo el 21,63. Al igual que sucedió en la campaña previa a los comicios de entonces, la religión jugó también un papel importante. Fabricio Alvarado es un predicador evangélico que cuenta con el apoyo del grueso de las iglesias neopentecostales, que se calcula tienen en torno a un 20 por ciento de seguidores entre la población del país, según diversos estudios.

Las dos campañas están consideradas entre las más atípicas de la historia republicana de Costa Rica. En vísperas de la primera vuelta, ninguno de los dos Alvarado aparecía en las encuestas con posibilidades de vencer. Sin embargo, una resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pareció catapultar a Fabricio Alvarado, quien en el término de un mes se colocó en la cima de las preferencias de voto. La resolución llegaba en respuesta a una consulta hecha por Costa Rica y obligaba a los estados miembro de la CIDH a garantizar los derechos de las comunidades LGTBI (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales), incluida la posibilidad de contraer matrimonio. 

Fabricio Alvarado, candidato del Partido Restauración Nacional (PRN), es un férreo opositor al reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo, al aborto, a la fecundación in vitro y a la denominada ideología de género. Caso contrario de su rival Carlos Alvarado, que los defiende como derechos que buscan evitar la discriminación y promover la igualdad entre las personas. En medio de la polémica, el candidato del PRN subió abruptamente en las encuestas la semana anterior a la celebración de la primera ronda y ahora disputa la presidencia.

Así, mientras Fabricio Alvarado ha logrado ha logrado unir al voto conservador del país con su discurso en favor de la familia y los valores cristianos, Carlos Alvarado tiene el apoyo de grupos de jóvenes y artistas. “En la presente contienda electoral se nos presentan dos opciones diametralmente opuestas: una de ellas es opresiva, excluyente y discriminatoria; la otra es abierta, inclusiva y creativa. Los artistas tenemos claro cuál de esas opciones es la mejor para Costa Rica”, afirma un documento firmado por 320 artistas.

La confrontación en la campaña adquirió un carácter religioso, en el que también se implicó la Iglesia católica, coincidiendo con el predicador en sus posturas sobre la ideología de género, el aborto o el matrimonio homosexual y ha vuelto a ser uno de los ejes en la campaña de cara al balotaje. El Tribunal Supremo de Elecciones ordenó recientemente al PRN, tras llamadas de advertencia a la Iglesia Católica y a una alianza evangélica, abstenerse de la utilización de estructuras paralelas con connotación religiosa para atraer fondos y apoyo en la votación.

Tras los comicios del 4 de febrero, los Alvarado, como se llama en Costa Rica a los contrincantes, hicieron gestiones para llevar a sus filas a figuras políticas y económicas de las principales agrupaciones que quedaron al margen de la segunda vuelta. En estas circunstancias, ambos insisten en que, de ganar, impulsarán gobiernos de unidad y alianza nacional. Cualquiera que gane necesitará una estrategia de ese tipo ante la profunda división en la Asamblea Legislativa, en la que además ninguno de los Alvarado tendría mayoría de diputados. 

El resultado está abierto y las dos principales encuestadoras difieren totalmente en sus predicciones: mientras el Centro de Investigaciones Políticas de la estatal Universidad de Costa Rica prevé una elección reñida y un empate técnico, la firma privada Opol Consultores otorga una amplia ventaja hasta de 12 puntos al predicador evangélico. Además,el Tribunal Supremo de Elecciones ha manifestado que espera un abstencionismo mayor al 34 por ciento registrado en la primera vuelta del pasado 4 de febrero, por ser domingo de Pascua y porque la segunda ronda históricamente atrae menos gente.