El obispo Oscar Ojea, en su doble condición de titular de la diócesis de San Isidro y Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) aprovechó la ocasión del mensaje pascual para, sin hacer mención expresa del tema, reforzar la posición de la jerarquía católica contraria a la despenalización del aborto. “No tenemos derecho a eliminar ninguna vida” afirmó el obispo, pidió que “todos los argentinos que están llamados a la vida puedan encontrar su lugar” y abogó para que se pueda “crear un mundo más humano y más cristiano” para recibirlos “con dignidad”.
El mensaje de algo menos de dos minutos y grabado en video, fue difundido ayer y en el mismo, con voz serena y tono cordial, Ojea hace centro en el mensaje de vida que resume la celebración pascual para los cristianos. “En la secuencia de Pascua rezamos que la muerte y la vida se enfrentaron en un duelo admirable. El rey de la vida estuvo muerto y ahora vive”, afirma el obispo.
En uno de los párrafos de su breve saludo el Presidente de la CEA sostiene que “nosotros no tenemos derecho a eliminar ninguna vida que él llama a este convite” porque “él (Jesús) la ha cuidado, la ha provocado, la sostiene en el ser, quiere sostenerla en la creación y la llama a la redención”, subraya.
La pascua cristiana resulta una ocasión propicia para reforzar el mensaje que los obispos quieren dar con motivo del debate sobre la despenalización del aborto que ya ingresó en su fase legislativa y que esta semana tuvo su expresión a través de la campaña “Vale toda vida” impulsada por la jerarquía católica.
“En la Pascua celebramos el triunfo de la vida sobre la muerte, que es el triunfo del amor sobre el pecado y la muerte. Es el amor de Dios que resucita a Jesús, y es el amor de Jesús que provoca ese amor del padre. Celebramos todo este amor. Jesús nos dice que es el camino, la verdad y la vida, que es pan de vida”, dijo ahora el obispo Ojea.
En la misma línea sostuvo que “Jesús es la vida con mayúscula, llama a la existencia a muchísimos seres y él quiere que todos los que son invitados a la existencia puedan llegar a participar del banquete de la vida y tengan su lugar”.
Al expresar su saludo de “felices pascuas” el obispo de San Isidro pidió “al Señor que todos los argentinos que están llamados a la vida puedan encontrar su lugar y podamos crear un mundo más cristiano y más humano para poder acogerlos con dignidad”, incluyendo también en su apelación la faceta social, de dignidad y calidad de vida en la que el episcopado ha venido poniendo énfasis en los últimos tiempos.
En el mismo sentido, el cardenal Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires, dijo en su mensaje que “la Pascua es la victoria del amor de Dios sobre el odio y la violencia, es la victoria del amor y de la vida de Dios sobre todos los proyectos de muerte”. En la ceremonia del vía crucis que se realizó por el centro de Buenos Aires y culminó en la catedral metropolitana el cardenal porteño llamó a “trabajar por una cultura de vida” y se lamentó porque “nos cuesta a los argentinos perseverar en la cultura de la vida”.
En febrero pasado, la Comisión Ejecutiva de los obispos católicos, también presidida por Ojea, dio a conocer un documento titulado “Respetuosos de la vida”, en el que sin renunciar a las posiciones ya conocidas de la Iglesia Católica sobre el tema pero utilizando un lenguaje cuidadoso y un estilo coloquial que integra preguntas orientadas a la reflexión, evitó el tono de confrontación que tuvieron otras campañas surgidas de la jerarquía católica. En esa ocasión los obispos ratificaron su postura acerca de que la “la vida humana es un don” y propusieron también la implementación de políticas públicas que contemplen desde “la educación sexual integral de la ciudadanía” hasta el acompañamiento de “situaciones de conflicto”. Dijeron también que el tema de la despenalización del aborto toca profundamente el tejido de nuestra sociedad” y al respecto “los cristianos queremos aportar nuestra voz, no para imponer una concepción religiosa sino a partir de nuestras convicciones razonables y humanas”.
Dentro del episcopado católico hay diferencias de matices respecto de la actitud que debe adoptar la Iglesia Católica frente al debate sobre el aborto. Si bien todos los obispos coinciden en la posición doctrinal contraria a la despenalización y que se sintetiza en el eslogan “defensa de la vida”, hay quienes sostienen que es necesario mantener una posición de apertura y diálogo, y otros, los más conservadores, que apuntan a una actitud de mayor firmeza y debate frontal. A estos grupos católicos más conservadores se han sumado también iglesias y comunidades evangélicas, particularmente las nucleadas en la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas (Aciera) claramente opuestas a la despenalización.
El tema estará en la agenda de la asamblea de los obispos católicos que se celebrará el próximo mayo y es posible que de allí surja un pronunciamiento colectivo.