Por estos días en que pereció el capellán policial, cómplice de aberraciones múltiples perpetradas contra luchadoras y luchadores sociales en la década del 70, me viene a la memoria una figura que es exactamente contrapuesta a la del cura fallecido.

En efecto, Santiago Mc Guire era un hombre íntegro que llevó adelante sus acciones solidarias principalmente en el Bajo Saladillo de Rosario, ganaba su sustento vendiendo su fuerza de trabajo y se prodigó solidario con las personas más pobres.

Defensor de nobles causas, estuvo siempre junto a los oprimidos y explotados, junto a los ninguneados y estigmatizados por el capitalismo.

Por sostener esas luchas y esas causas fue perseguido por la jerarquía eclesiástica, y las fuerzas policiales y militares se ensañaron con él.

A pesar de esto, ni las humillaciones ni aun la prisión doblegaron su espíritu rebelde, sus palabras de impugnación hacia los expoliadores del pueblo y sus cómplices de uniforme, traje o hábito cesáreo.

Junto a Oscar Lupori, también un tenaz y solidario luchador social, Santiago Mc Guire fue fundador del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH).

Deben quedar en la memoria colectiva bien diferenciadas la torva y siniestra figura del capellán muerto y la del hombre digno, valiente y luchador que se llamó Santiago Mc Guire.

 

* Miembro de la APDH