3 Patronato: Bértoli; Arciero, Andrade, Vera, Márquez; Rivero, Lemos, Gil Romero, Garrido; Balboa y Quiroga. DT: Juan Pablo Pumpido.

0 Central: Di Fulvio; Ferrari, Tobio, Cabezas, Parot; López Pissano,  Maxi González, Camacho, Carrizo; Zampedri, Maziero. DT: Leonardo Fernández.

Goles: PT: 6m Garrido (P). ST: 9m Quiroga (P) y 26m Balboa (P).

Cambios: ST: Desde el inicio Pereyra por Camacho (C), 12m Fernández por Cabezas (C), 17m Guzmán por Gil Romero (P) y Lovera por Maziero (C), 27m Núñez por Balboa (P) y 40m Peralta por  Rivero (P).

Árbitro: Jorge Baliño.

Cancha: Patronato.

 

Central perdió por goleada ante un rival que atacó muy poco y casi no pateó al arco. La única forma de comprender la caída en Paraná frente a Patronato es el pésimo partido que jugó el Canaya, sin dudas el peor desde que Leo Fernández es el entrenador. Sin identidad colectiva, torpes descuidos defensivos condenaron al debutante Emilio Di Fulvio a sufrir los 90 minutos en su primer partido en Primera como arquero de Central. Pero así como en el fondo se esquivaron mucho, en el mediocampo no hicieron nada los volantes para diferenciarse de sus compañeros y la tarde en Entre Ríos dejó perdidos en cancha a los puntas Maziero y Zampedri.

La única forma de explicar la goleada que obtuvo ayer Patronato ante Central es por el rendimiento de los canayas. El local atacó muy poco, no dominó la pelota ni los espacios del campo de juego y hasta se lució inseguro cuando ganaba por la mínima diferencia.

 

Eduardo Seval
Zampedri no tuvo ni una.

 

Lo importante es revisar lo que hizo Central. Su actuación careció de carácter, pero por sobre todo, de ideas para moverse con el balón. El descalabro empezó a los pocos minutos, cuando en un centro lanzado desde el lateral derecho encontró a Garrido con el primer gol. El volante corrió al área al ver la pelota por el aire, le arrebató la posición a Ferrari, saltó y de cabeza tocó la pelota al segundo palo. Di Fulvio no pudo más que ver el balón ingresar sobre su palo izquierdo. La pasividad de Ferrari en la marca minimizó cualquier responsabilidad del juvenil arquero canaya.

Leonardo Gil se lesionó en el vestuario y de titular apareció Washington Camacho. El medio Maxi González perdía en la marca ante los volantes de Patronato y cuando la pelota estaba en los pies de Carrizo o Camacho el juego se perdía en pases intrascendentes. No era solo que el equipo no tenía conductor, sino que nadie era capaz de generar una jugada que involucre a Maziero o a Zampedri. Por eso todo lo que hizo Central con pretensión de empatar fue un cabezazo desviado de Parot y un remate de López Pissano que se fue muy lejos.

 

Eduardo Seval
López Pissano intentó sin éxito conectar al equipo.

 

Fernández intentó que Central mantenga más tiempo la pelota en el medio y por eso apostó por Pereyra en lugar de Camacho. En el primer avance bien armado, Zampedri lo perdió con un cabezazo a las manos de Bértoli. En esa acción se fue la última oportunidad. Porque Patronato, en sus siguientes ocasiones, fue letal.

En verdad, el partido se definió a los nueve minutos del complemento. Cabezas quiso salir jugando, perdió la pelota en un cruce de Gil Romero, y con tres pases rápidos, Quiroga solo tuvo que empujar sobre la línea. Cabezas dejó la cancha por lesión e ingresó Fernández.

Había por delante más de media hora de juego, tiempo insuficiente para que Central despierte y reaccione. Patronato aprovechó la apatía canaya y se regaló una victoria abultada y que fue goleada porque Balboa lo remató con otra acción de pases en el área chica para una fácil definición.

Patronato no hizo en ataque nada más que sus tres goles. Con muy poco se hizo de una victoria holgada y, de esta manera, condenó a Arsenal a descender al Nacional B en la próxima temporada, porque a su vez el Matador sólo empató con Chacarita. Esta derrota a Central lo relega en sus objetivos de clasificar a copas internacionales. Pero nadie la pasó peor que Di Fulvio, quien debutó en el arco y solo tocó la pelota las tres veces que la fue a buscar al fondo.