Costa Rica concluyó la segunda vuelta de presidenciales al cierre de esta edición tras una jornada de 12 horas, con un país polarizado entre el predicador evangélico Fabricio Alvarado y el exministro oficialista Carlos Alvarado.
Unos 3,3 millones de costarricenses estaban convocados a las urnas en 6.600 centros electorales, en una jornada que transcurrió en calma pese al clima de división por las ideas contrapuestas de los aspirantes, en los que el predicador evangélico se opuso con vehemencia al matrimonio homosexual, mientras su adversario defendió ese derecho.
Los dos candidatos fueron recibidos por multitudes entusiastas cuando votaron en diferentes puntos de la capital. Fabricio Alvarado llegó en medio de un tumulto de cornetas y banderas azules y amarillas del conservador partido Restauración Nacional (RN), mientras simpatizantes coreaban su nombre en la escuela Joaquín García Monge de Desamparados.
“Tenemos reportes de una gran participación, esperamos un resultado contundente a favor nuestro”, declaró el aspirante evangélico, interrumpido por una mujer que exclamó “Gloria a Dios, Fabricio mi presidente”, al llegar a saludarlo.
Mientras votaba el candidato conservador, llegó al lugar un grupo de mujeres con trajes rojos al estilo de la serie de televisión El cuento de la criada, basada en la novela de Margaret Atwood. “Estamos en conjunto protestando en contra del fundamentalismo”, explicó Gabriela Clark, activista del movimiento Somos Nuestras, de unas 40 integrantes.
Otra integrante del colectivo, Sara Mata, comentó que los trajes son una advertencia del riesgo de un futuro distópico en el que las mujeres pierden sus derechos, como en la novela.
En la localidad de Pavas, oeste de San José, Carlos Alvarado fue recibido por centenares de seguidores que se aglomeraron a su alrededor con banderas rojiamarillas de su Partido Acción Ciudadana (PAC, centroizquierda).
“Es un hermoso momento, lleno de emoción y alegría. Agradezco tanto afecto y amor por Costa Rica”, declaró Carlos Alvarado, quien llegó a votar junto a dirigentes de otros partidos que apoyaron su candidatura y de su esposa, Claudia Dobles.
“Te queremos, Carlos”, le gritó una simpatizante que lo tomó la mano en medio de la multitud que coreaba “Carlos presidente!”.
Ambos candidatos, que no son familiares pese a compartir el mismo apellido, presentan visiones contrapuestas: una de ellas está basada en el conservadurismo religioso, opuesto al matrimonio homosexual, y es impulsada por Fabricio Alvarado, un exdiputado y periodista de 43 años. Su contrincante, Carlos Alvarado, un exministro de Desarrollo Social de 38 años, periodista y politólogo, pregona en tanto una agenda que incluye el apoyo al matrimonio homosexual y a un estado laico.