Dice ese ducto directo de la palabra divina (léase, la Biblia) que Dios da y Dios quita. Frase que acaso explicase la peculiar historia de Cindy Stowell, más no fuera a personas pías… Procedente de Austin, Texas, de esta mujer han trascendido pocos datos: que trabajaba  desarrollando contenido científico, que tenía 41 años, que era devota fan del longevo show de preguntas y respuestas Jeopardy!, conducido desde mediados de los 80s por Alex Trebek. Tan, tan fanática que varios meses atrás se apuntó para competir en el programa televisivo, amén de demostrar sus vastos conocimientos en temas varios. Pasó una prueba online, pasó un test presencial; y así quedó en lista de espera para ser convocada en lo sucesivo. Frente a lo cual, la ilusionada Stowell consultó a la productora Maggie Speak cuánto tiempo pasaría hasta que acontecieran las grabaciones. No por ansiedad, sino porque su relojito biológico se estaba quedando sin baterías.  “Le pregunto porque me acabo de enterar de que no me queda mucho más tiempo de vida. La estimación más optimista es de unos seis meses”, avisó Cindy.

Conmovidos, los productores programaron su participación prontamente, apenas tres semanas más tarde. Y el 31 de agosto, una frágil y enfebrecida Stowell, cuyo cáncer estaba ya en etapa 4, tomó unos analgésicos y se apersonó a los estudios principales con espíritus renovados. Tan renovados que sus contrincantes jamás notaron su delicado estado de salud. Y ella, contestando acertadamente pregunta tras pregunta, cumplió su deseo de ganar una y otra vez en el popularísimo Jeopardy!, sumando varios miles de dólares. Nunca llegó a verse ganando: como el programa va grabado, murió una semana antes del 13 de diciembre, cuando comenzaron emitirse sus apariciones. Pero la paradoja es que, como la producción de Jeopardy! no informó hasta donde había llegado Cindy en el programa, los espectadores conocedores de la historia no pudieron evitar comenzar a hinchar por ella. Un espectáculo fascinante y paradójico, y también caritativo, ya que las ganancias de Cindy terminarán en una asociacion dedicada a investigar la enfermedad que no le permitió disfrutar de su triunfo en la pantalla.