No sin lógico entusiasmo, informan medios norteamericanos que Kristen Wiig y Will Ferrel, titanes de la comedia con sonado egreso de Saturday Night Live, unirán su genio creativo ya no para componer personajes de thrillers dramáticos como hicieran en pasado año en esa inexplicable película de tevé llamada A Deadly Adoption, sino para descollar en un musical. Un musical sobre (ciertos) musicales, vale aclarar, con suficiente pasta para convertirse en un hit cómico. Se trata, después de todo, de una adaptación sobre el peculiar libro: Everything’s Coming Up Profits: The Golden Age of Industrial Musicals (2013), de Steve Young (antaño guionista del Late Show with David Letterman) y Sport Murphy (músico e historiador de la cultura pop), que vuelve sobre los poco conocidos musicales que se llevaban a cabo en las convenciones anuales de grandes corporaciones -Exxon, Coca-Cola, Westinghouse, Chevrolet, Ford, etcétera- entre los 50s y 70s, amén de levantar la moral de los empleados con mimos a lo Broadway. Y en el ínterin, claro, educarlos rítmicamente sobre los productos de la compañía. Mimos elaborados, con fina producción y gancho de letristas y compositores profesionales, cuyos argumentos -y, por tanto, canciones- giraban en torno a la producción de la empresa en cuestión: desde tractores, motores y comida chatarra, hasta licores, bañeras, seguros de vida o electrodomésticos. ¿Un hit del ‘69, por caso? El temático y efervescente “The Bathrooms are Coming”, cortesía de American Standard… Apenas uno de los vastos espectáculos industriales a los que bien podría referirse el venidero film, que además de ser estelarizado por las descacharrantes estrellitas, ya ha fichado a los compositores Marc Shaiman y Scott Wittman (Hairspray, Smash) para la música; a Steven Levenson (Masters of Sex) para ocuparse del guión; y a Marc Platt (La La Land) como productor del auspicioso proyecto. Y un cachito ridículo, conforme el estilo al que Ferrell y Wiig tienen a sus seguidores acostumbrados.