En el poco común horario de las once de la mañana, River derrotó ayer en Florencio Varela a Defensa y Justicia por 3-1, en su tercer triunfo consecutivo, incluyendo la conquista de la Supercopa ante Boca. La consolidación del buen momento del conjunto de Marcelo Gallardo le permite ascender en la tabla de la Superliga y acercarse a los puestos que clasifican para la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana.
Aquella ironía de “jugamos mal durante dos meses para desorientar al rival” que el Muñeco expresara tras el triunfo en el Superclásico ante Boca parece haberse hecho realidad. Porque la obtención del título en Mendoza desbloqueó a los jugadores millonarios, que tanto ante Belgrano en la fecha pasada como ayer ante el Halcón mostraron una mejora en el rendimiento individual y colectivo. Sigue teniendo problemas en la última línea, pero Gonzalo Martínez le aporta la cuota de creatividad y desequilibrio que le estaba faltando. Además, tanto Enzo Pérez como Ignacio Fernández siguen repechando la cuesta que los había llevado a decaer en la consideración del entrenador. A éstos se sumó ayer Lucas Pratto, quien cumplió su mejor actuación desde que llegó a Núñez y marcó un lindo gol, empezando a justificar los millones que River desembolsó por su pase.
El local se mostró ambicioso desde el inicio del encuentro y su mejor andar tuvo premio rápidamente. Mariano Bareiro salió jugando desde atrás y habilitó a Nicolás Fernández, quien aprovechó el error de la defensa visitante al tirar el achique y se fue derecho hacia Armani. Pudo definir él, pero eligió cederle el balón a Márquez, quien empujó la pelota a la red.
River sintió el golpe y deambuló aturdido por la cancha durante algunos minutos, hasta que el Pity mostró su jerarquía, Pérez corrigió su posición en el campo de juego y Mora y Pratto empezaron a encontrar los espacios a partir de su sacrificio para buscar por todos lados. El delantero uruguayo tuvo el empate luego de un desborde de Pratto, pero la pelota dio en el travesaño. De todos modos, la igualdad no demoró mucho más. Llegó a los 30 minutos, con un penal convertido por Martínez y que él mismo había provocado con un remate suyo que pegó en la mano de Bareiro. Para ese entonces, el visitante jugaba mejor que el local. Y sobre el final de la primera etapa, Pinola se alió con la suerte y marcó el 2-1 al capturar un rebote.
En el complemento, ambos ratificaron sus intenciones ofensivas, pero otra vez la jerarquía individual le permitió estirar ventajas a River. El Pity Martínez apareció por derecha, Pratto le marcó el pase picando hacia el área y el ex Huracán se la cedió. Apenas entró al área por derecha, el Oso sacó un derechazo alto que se coló en el ángulo izquierdo de Unsain.
Defensa se adelantó. Su técnico hizo cambios para apostar el ataque. Con esa postura creó algunas chances. Pero Armani demostró su gran momento tapándole un cabezazo a Bareiro y siendo sobrio y seguro cada vez que lo llamaron a intervenir. Así River se llevó una victoria importante, sobre todo porque muestra que “el funcionamiento colectivo va mejorando y nos ilusiona para lo que viene”, como lo marcó Gallardo al retirarse del estadio.