Trabajás con las inferiores donde son todos menores…
Sí, hace 20 años que estoy en esto. Tomamos la delicadeza, cuando nosotros tenemos inferiores, de trabajar con los vestuarios con puertas abiertas. Un respeto que yo siempre tengo al menor. Yo mismo fui acosado en mi juventud, sé lo que es.
¿Lo que denunciaron los pibes de Independiente pasa en otros clubes?
En el fútbol todo el mundo sabe la oferta y la demanda de sexo cómo es; y es muy grande. No es que se mueven grandes valores de dinero, lo que se mueven son favores.
¿Cómo es que se sabe?
¿Sobre la oferta de sexo? Por ejemplo: hay varios jugadores que hacen videos porno gay y que los venden al exterior, no estoy hablando de menores. El hecho es que un día te filmaban masturbándote y si caía bien te filmaban masturbándote con otro más y después un tercer video donde hacían un partido y cuando terminaban había dos o cuatro pasivos donde todo el plantel se los volteaba. Esos videos son muy famosos, están casi todos afuera.
¿Cómo es en las inferiores?
En las inferiores siempre hubo intercambio de sexo. Pensá que los chicos vienen de localidades muy pobres y esto no es un dato aisaldo. Los mismos pibes de arriba les explican que tienen que ir y hacerlo para tener algún favor, algún mango, para poder comprarse zapatillas. Se sabe que en general, en la primera, juegan no necesariamente los más habilidosos sino los que pagaron, los que tuvieron algún representante con contactos. O sexo. Son esos tres factores los que hacen que gente de las inferiores suba a la primera, no te olvides.
Franko Rossi, director de Alfa Productora, dedicada a la realización de videos porno, gay cuenta que en el 2011 puso un aviso en Clarín buscando chicos entre 18 a 23 años para unas escenas de masturbación y que efectivamente quedó elegido un chico (mayor de edad) que jugaba en las inferiores de Defensores de Belgrano. Y lo interesante era el perfil: se manifestó como reacio al ambiente gay, pero buscaba este trabajo porque necesitaba la plata…
El tema con los menores es algo consensuado a veces, de algún modo.
Teniendo en cuenta las condiciones, diríamos que el consenso es relativo…
Y claro, estamos hablando de chicos de 15 años hacia arriba encerrados en un predio donde son todos varones, donde no pueden llevar mujeres y tienen ciertas pautas estrictas: volver a la noche, rendir bien si no los echan, no se pueden emborrachar. Cuando van a coger afuera con alguien es por guita en efectivo y a veces es porque lo encontraron a través del Facebook. Ellos mismos arman Facebook, Instagram y si algún viejo les tira la onda ellos lo empiezan a seguir, no los bloquean; es muy común eso.
¿Menores te ofrecieron tener “algo” a cambio de beneficios?
Hay tanto sexo como gente. Yo tengo muchas ofertas. Muchas veces los pibes me dicen: “Paco, si me llevás a una pruebita te tiro el bicho.” Nunca he aceptado. Por un lado, con desesperación no me agrada, con aceptación puede ser. Pero sobre todo, yo tengo 45 años y los pendejos, lejos. En el caso mío se ofrecen por oportunidades, por vínculos, por contactos. Y se ofrecen tan abiertamente porque saben mi condición sexual. Yo me cago de la risa, no le doy importancia. Quizás hablamos de pibes de 16 años con un cuerpo de 18, 19, grandotes. Pero además tenés muchos pibitos que nada que ver o que son sumamente vergonzosos, sumamente tímidos y les cuesta hacer lo que terminan haciendo. Y si lo hacen es porque tienen hambre; porque saben que se tienen que ir de un lugar que les importa, que tienen que volver a su provincia fracasados. Tienen mucha necesidades en sus casas, y eso hace que vengan hacia atrás, muy hacia atrás.
¿Es algo común o pasa de manera aislada?
Yo tengo planteles de inferiores de distintos clubes y a veces los técnicos tienen que cuidar a quiénes me van a mandar porque saben que algunos son muy atrevidos y se van a empezar a tirar y ellos no quieren tener drama. Nosotros tampoco queremos tener complicaciones. Suele suceder muy a menudo, más de lo que vos pensás. Ahora, en categorías un poquito más altas, B nacional, que están muy mezcladas con las inferiores, no tanto. No en las inferiores de la A, porque las A generalmente están semi tercerizadas, pero de la B metro, la B nacional, la C y de la D… Quizás la B metro un poquito menos porque los padres ya van a verlos y tienen otra cultura y no se llega así nomás; si no tenés que tener talento o un muy buen contacto. Y el contacto te sostiene, te ayuda, te compra los botines. Pero en categorías muy bajas, que vienen solo por la suerte, normalmente ceden muy rápidamente. Vienen de una realidad de pobreza donde a su vez la homosexualidad está ligada a la vida cotidiana, a mesa con la travesti, es algo dado. No lo tienen como algo tan culpable. Es como algo que lo tienen que hacer y punto, se acabó; no es otra.
¿Y la discriminación? Porque el ambiente del fútbol es super homófobo, por lo menos de la boca para afuera…
Discriminación hay, aún hoy día, y un montón. Mirá, acabo de renunciar al equipo Deportivo Merlo porque el técnico, que lo tuve en vestuario en Alem, no puede trabajar conmigo. Quizás no tengo tanta discriminación por parte de las comisiones directivas, porque me ven como un mito, como algo gracioso, porque yo hago una parodia de la mariquita histérica. Pero a niveles técnicos, profe de gimnasia, sí, hay mucha homofobia. Es más, el año en que salió la ley de matrimonio igualitario, ese año, me echaron de todos los trabajos. Hubo una sobre exposición de manifestación gay tan grande que me echaron de todos los laburos. tenés gente homofóbica en todas partes.
¿Por ejemplo?
Yo estaba en la primera de Midland con Agustín Orión, que está ahora manejando el club, y me mandaron a las inferiores, directamente. Una manifestación homofóbica fuerte. Por ejemplo Rondina, trabajé con él en Dálmine, pero no soporta mi forma de ser. Pero en Arsenal, en Nueva Chicago, en Los Andes, los tuve que ayudar con muchos jugadores que necesitaban masajes, tratamientos, pero de afuera, no mezclándome. Yo creo que tienen un mito sobre la homosexualidad, tienen miedo a que los toquemos; que no entienden que somos personas tan comunes como los demás. Pero sí, hay lugares donde yo tengo prohibido entrar. Pero también hay lugares donde soy muy bien recibido.
¿Qué otros casos de discriminación conocés?
Una persona muy conocida en relación a este tema es el recordado ex arquero de Independiente Luis Alberto Islas. Cuando yo entré en Independiente, era terrible lo demostrativo que era con un director técnico de entonces, Polo Arzeno. Tan notorio, tan comentado, que hoy ese tipo no consigue trabajo como técnico en ningún lugar, porque nadie quiere tener un técnico sospechado o que se sabe que es gay y no lo dice.
¿Tenes alguna idea sobre son las causas por las que se mantiene todo tan tapado y todo se vuelve tan siniestro en el mundo del fútbol?
El fútbol está manejado por gente de entre 50 y 70 años de los del tipo: “A la mariquita me la cojo borracho y nadie se entera” y “No va a haber una mariquita en mi plantel” porque eso es malo para ellos. O sea, los jugadores saben que, si declaran que son gays, algunos clubs, con prejuicio, no los van a tomar. Muchos tienen miedo de que los sponsor se retiren por las cargadas que van a hacer. Todo eso lo sabemos y lo entendemos; no quiere decir que lo aceptemos, pero en el fútbol es así. Primer punto, se reduce tu espectro de contratos muchísimo porque no contratan futbolistas gay porque hay una generación que es muy homofóbica. Segundo, en el vestuario los chicos no lo verían de la misma forma, porque hay muchas cargadas de putos, porque hay muchas actitudes homofóbicas. Yo me las banco. Pero no es algo que se pueda bancar.
¿Qué te dicen?
“Eh, puto, vení vení. Vení tocala.” Yo le digo (con voz aflautada): “nene, ¿para qué? ver una cosa tan chiquitita… después me deprimo, ¿vos me vas a pagar el psiquiatra?” Así le he dicho al Ogro Fabbiani y el Ogro se pone como loco, porque es un tipo que no tolera ser menos. Y venía y me apoyaba en la espalda todo el tiempo. Hasta que un día le dije: “la tenés tan chiquitita que no la siento, papi.” Estuvo como 20 días mostrándomela, haciendo el helicóptero, para demostrarme que él tenía una buena. Entonces le dije: “Bueno nene, que grandooooooota que la tenés, tengo miedo que me rompas todo.”
Bromas para pilotear la discriminación.
Este tipo de cargadas tiene más aceptación en la A. La gente de la A es más preparada, más culta para entender la broma. Por un lado están más abiertos pero por otro más cerrados porque están muy expuestos, por su imagen, su carrera, por lo que publicitan, por su propia familia.
¿Por su familia? ¿Esposa e hijos?
Y sí, hay mucho futbolista gay con familia.