La reunión del Consejo Directivo de la CGT, prevista para este jueves, es importante pero no determinante. Si bien es cierto que la convocatoria permite vislumbrar que los sectores conocidos como gordos e independientes ya cuentan con el número suficiente de integrantes de ese cuerpo como para sesionar con quórum pero para nada implica que ya esté cerrado el acuerdo que derivará en una nueva conducción unificada. El congreso que deberá definir el nombre de ese puesto y del resto del Consejo se realizará recién en junio próximo. Pero para que algo termine como se pretende es preciso que comience bien. Es por eso que hoy la denominada mesa chica de actual conducción se reunirá para ir afinando la estrategia para este largo camino. Por ahora se sabe que de las 35 sillas disponibles habrá dos vacías, la de camioneros y el de la UOM.
La denominada mesa chica de la central obrera está integrada por el desvencijado triunvirato y los representantes de gordos e independientes que, a su vez, tienen cargo en el Consejo Directivo. Lo que pretenden estos encuentro previos es evitar cualquier sorpresa y que la reunión del jueves se realice tal como la imaginan. Esto es sesionar con quórum, 19 secretarios de los 35 que tiene el Consejo, y desde allí aprobar la convocatoria a un nuevo Comité Central Confederal que es el espacio que tiene la potestad, según los estatutos de la CGT, de llamar al congreso. Entonces, en la reunión de hoy, que se realizará a partir de las 15 en la sede de la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad de la Argentina (FATSA), lo que se buscará es coordinar como se desarrollará la reunión, quién hablará, quién realizará la propuesta de convocatoria del CCC pero también se pondrá al día el avance de las negociaciones con el resto de los grupos que existen en el universo sindical y que gordos e independientes quieren contar para el armado del futuro Consejo Directivo. En ese marco negocian con el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA)y el sector menos macristas de las 62 Organizaciones. La intención es que todos estos grupos respalden la postulación de Héctor Daer como único secretario general de la CGT.
Pero estos sectores a los que gordos e independientes les hablan y ofrecen acuerdos para un futuro mediato también hablan con otros dirigentes. Es posible afirmar que las conversaciones son transversales porque ni el MASA, ni las 62 e incluso la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT) representan estructuras homogéneas y sin disidencias o visiones diferentes. Por caso, este último grupo tiene a su interior un grupo, que lo denominan “núcleo”, que mantiene su intención de continuar en la órbita de la CGT. El “núcleo” está conformado por el Sadop, los gráficos bonaerenses y los pilotos de aviones y consideran que la central obrera debe tener un perfil “negociador pero desde una posición de firmeza” que no descarte la confrontación. Esto no implica romper o distanciarse de gordos e independientes que suelen ser más que proclives al diálogo, sino que entre todos generen una agenda propia de defensa de los trabajadores. Es todo un desafío.
Mientras tanto, la Unión Obrera Metalúrgica que conduce Antonio Caló ya avisó que no será parte de la reunión del Consejo Directivo del jueves al sostener que la UOM “continúa como gremio confederado de la CGT, pero al haber renunciado a la secretaría de Interior el compañero que estaba a cargo (Francisco “Barba” Gutiérrez) no puede ni corresponde que participe”. La definición del líder metalúrgico deja de lado la tesis que sostenían algunos dirigentes gremiales que aquella renuncia había sido rechazada por el Consejo Directivo que se reunió en enero pasado donde se aprobó el respaldo a la movilización de camioneros del 21 de febrero. En todo caso lo que está en duda es cuál será el rol de los metalúrgicos. Durante buena parte del verano un sinfín de dirigentes desfilaron por el despacho de Caló que, curiosamente, son los mismos que los gordos ya cuentan como propios.
En definitiva, la reunión de este jueves es sólo el comienzo de un recorrido que los dirigentes de la CGT aspiran a que finalice antes del comienzo del mundial de fútbol.