En las calles y en la Universidad primero, luego en los hogares y, ahora en el Congreso Nacional. La discusión sobre el aborto llegó a ser hoy un tema de agenda ineludible gracias al amplio y heterogéneo movimiento feminista que desde hace décadas viene tratando de instalar el debate acerca de la autonomía de las mujeres para decidir sobre sus propios cuerpos.
En Argentina el aborto está tipificado como delito en el Código Penal, sólo admitiéndose excepcionalmente su legalidad “cuando peligra la vida y la salud de la madre” y “si el embarazo proviene de una violación o un atentado al pudor cometido sobre la mujer idiota o demente” (art. 86 incisos 1 y 2).
Sin embargo, la realidad indica que aún en los casos en que el aborto es no punible, las mujeres se encuentran con una cadena de obstáculos para poder hacerlo efectivo, entre los cuales se encuentra por ejemplo “la objeción de conciencia” de los profesionales de la salud o los lentos tiempos de la justicia.
Mientras tanto, según estimaciones extraoficiales se realizan en el país 500 mil abortos por año, la mayoría de ellos en condiciones riesgosas para la mujer, lo que se materializa en índices de morbilidad y mortalidad materna que configuran una verdadera endemia. Resulta evidente entonces que estamos en presencia de un problema de salud pública y, como tal, debe ser incorporado en la agenda legislativa.
La Universidad no le ha dado la espaldas a este debate, que entró con fuerza a las aulas. Sin dudas, la información es un derecho fundamental para el ejercicio pleno de la ciudadanía y es en esta dirección donde la Universidad puede contribuir a democratizar y ampliar los alcances e implicancias de este debate.
Saludablemente, el ámbito académico parece haberse anticipado a los tiempos legislativos, y desde hace casi un año -en mayo de 2017- la carrera de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario dio inicio a la materia optativa “El aborto como problema de salud”. Por su parte, la Universidad de Buenos Aires sumó este cuatrimestre una materia optativa para la carrera de Trabajo Social en la Facultad de Ciencias Sociales, aunque pueden cursarla alumnos de las demás carreras que integran dicha Universidad. Se trata de la materia optativa “Acceso a la Interrupción del Embarazo en la Argentina”. La UBA tuvo también experiencias de cátedras libre sobre el aborto en la Facultad de Medicina y Psicología, al igual que la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata.
En la Universidad de Comahue, también se incorporó una cátedra libre que se llama “El aborto, abordajes desde los derechos humanos y la salud integral” a la carrera de Ciencias Médicas. Mientras que en la Universidad de Córdoba, en la Facultad de Ciencias de la Comunicación se dictará un seminario afín: “Aborto y Comunicación en América Latina”, con el agregado de discutir también el aborto en relación al tratamiento que le dan los medios de comunicación y las diversas herramientas de difusión.
El debate está lanzado y ocupará gran parte de las próximas discusiones de los argentinos. El resultado aún es incierto. La futura y por muchos ansiada Ley aún es una incertidumbre. Sin embargo, el debate ha encontrado en las aulas un lugar donde tomar impulso, fortalecerse y amplificarse.
En este sentido, la Universidad tiene la oportunidad de profundizar el debate y promover que los futuros profesionales y la comunidad en su conjunto puedan contar con más y mejor información, que asegure una política pública de salud verdaderamente inclusiva y de calidad.
Que materias como las mencionadas se multipliquen a lo largo y ancho del país, independientemente de los tiempos del debate legislativo, se vuelve una urgencia y al mismo tiempo una garantía ante las preocupantes estadísticas de salud pública asociadas con los abortos clandestinos.