El juez neoyorquino Thomas Griesa desestimó ayer un pedido de tres fondos buitres que rechazaron la oferta del gobierno de Mauricio Macri y pretenden cobrar el ciento por ciento de sus acreencias. Los fondos Trinity, Baybrook y Whithe Hawthorn recién iniciaron su demanda en febrero y concentran una porción relevante de los más de 1000 millones de dólares en bonos que todavía no fueron regularizados. En su fallo de 28 páginas, Griesa dejó de lado el reclamo de los acreedores al afirmar que con la derogación de la ley cerrojo y el acuerdo alcanzado con una porción mayoritaria de los buitres el país ya no viola (la sesgada interpretación del magistrado) de la cláusula “pari passu”. La decisión del juez limita la posibilidad de que otra corte estadounidense retome la extravagante lectura de los contratos mediante la cual Griesa bloqueó a pedido de los acreedores carroñeros la capacidad del país para realizar sus pagos de deuda externa en moneda extranjera. La decisión limita el poder de fuego de los fondos litigantes en los tribunales de Nueva York y los inclinaría a aceptar la propuesta oficial.