El dólar cerró ayer a 20,49 pesos, con una suba de 4 centavos. La cotización de la divisa subió a pesar de que el Banco Central intervino en la plaza cambiaria vendiendo 212 millones de dólares para intentar contener las presiones. El martes el organismo no había desembolsado divisas pero ayer volvió a la carga para mantener el precio del tipo de cambio en torno a los 20,50 pesos. Se trata de un objetivo que el Gobierno no hizo explícito pero que en el mercado consideran un hecho. El equipo económico pretende evitar que las subas del dólar sigan presionando sobre la inflación, que en los últimos tres meses registró una aceleración, en la que se destacaron no sólo los incrementos de servicios públicos sino de los alimentos.
El volumen operado en el mercado cambiario subió un 82 por ciento respecto del registrado anteayer y se ubicó en 834 millones de dólares. Las ventas del Central compensaron lo que no se desembolsó el martes, cuando la entidad decidió no intervenir por primera vez en nueve ruedas. Desde principios de marzo, el organismo lleva desembolsados 2253 millones de dólares, una cifra que anualizada se ubica en los 25 mil millones, es decir el 40 por ciento de las reservas.
En el mercado mayorista la cotización cerró sin cambios en 20,20 pesos. Al inicio de la jornada marcó una suba, al ubicarse en 20,24 pesos, pero con el correr de las horas ese incremento se borró de las pizarras por la venta importante de divisas del Banco Central. En la jornada de ayer desembolsó el doble de dólares respecto del promedio diario del último mes. La tendencia genera preocupación entre inversores del mercado, en particular, porque la entidad se ve obligada a intervenir en abril, un mes en el que se espera una suba de la liquidación de divisas por la cosecha. Antes de la desregulación cambiaria, la estacionalidad generaba que las presiones fueran a la baja y el tipo de cambio no subiera.
Entre los operadores del mercado plantean que la oferta de divisas en la city es limitada, en torno a los 60 millones de dólares diarios. Esta cantidad no llega a compensar ni de cerca la demanda de dólares por distintos motivos: ahorro, turismo, giro de utilidades y pagos de servicios en el extranjero, entre otros. La situación internacional, con una guerra comercial en puerta entre Estados Unidos y China, es un elemento clave para explicar la baja oferta de divisas. Los capitales de corto plazo que hace dos años habían empezado a entrar a la economía local subiendo la oferta diaria de divisas ahora se cuidan de entrar a los mercados emergentes. Y el problema es doble. Los que habían llegado en el último tiempo se empiezan a ir potenciando la demanda de dólares.
La tasa de interés en pesos, mientras tanto, bajó a un nivel que no incentiva a inversores del mercado local a no dolarizar sus carteras. Las Lebac en el mercado secundario rindieron 26,4 por ciento a corto plazo y un 26,0 por ciento a 168 días. La autoridad monetaria tuvo que sacar de circulación las letras de mayor plazo (cerca de un año) porque el mercado directamente no las demandaba. Eso es una doble señal: los inversores esperan en el mediano plazo más inflación pero también más devaluación. En el mercado de futuros de divisas se operó el equivalente a 310 millones de dólares. El 50 por ciento de ese monto se pactó para el final de abril con un precio de 20,52 pesos. Se trata de una tasa implícita del 26,65 por ciento. Para los contratos a junio se pactaron a 21,18 pesos, con una tasa implícita de 20,79 por ciento.