Carles Puigdemont quedó hoy en libertad, tras el pago de una fianza de 75 mil euros. La Audiencia Regional de Schleswig-Holsteinen desestimó el delito de rebelión, uno de los dos cargos por los cuales España reclamó su extradición, y ahora deberá analizar la otra acusación que pesa sobre ex alcalde de Gerona, quien se profugó a Bélgica en octubre pasado luego de declarar "la independencia unilateral y simbólica" de Cataluña.
Para el Poder Judicial de Alemania no hay riesgo de fuga ni hubo actos de violencia durante el proceso secesionista de la región. El destituido presidente de la Generalitat había sido detenido el 25 de marzo pasado tras pasar la frontera con Dinamarca, dos días después que se emitiera la orden de captura internacional. Ahora, Puigdemont deberá comparecer una vez por semana ante la policía mientras se determina si la malversación de fondos públicos por los que lo acusa Madrid justifica su extradición o no.
“Nos vemos mañana. Muchas gracias a todos”, fue el mensaje por Twitter con el que Puigdemont celebró su libertad, además de incluir un hashtag en catalán en el que pide “libertad a los presos políticos”.
El político conservador fue procesado en España por rebelión y malversación de fondos tras el inédito proceso separatista del año pasado y la convocatoria al referéndum que desembocó en la declaración de la independencia y en la intervención de la región por parte del gobierno de Mariano Rajoy.
Madrid esperaba que la Audiencia de Schleswib-Hostein equiparara el delito de rebelión con el de alta traición, contemplado en el Código Penal alemán. Ahora el juez Pablo Llarena, que emitió la orden de captura, deberá decidir si la mantiene o espera el resultado final del trámite de extradición.
Para el líder socialista Pedro Sánchez, “tan peligroso es judicializar la política como politizar la justicia". "Lo importante es que se extradite a Puigdemont para que rinda cuentas”, agregó. Por su parte, el Partido Nacionalista Vasco consideró que “la decisión deja al sistema judicial español en evidencia”, mientras los nacionalistas de Junts per Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya festejaron el fallo. "Somos un pueblo de paz”, celebró Raül Romeva, ex integrante del gobierno depuesto.