“Tocar es una de las sensaciones más maravillosas que experimenté. No es mejor ni peor que otra profesión, pero si no pasaste por ese lugar hay una sensación especial que no conocés. No importa si hay una persona o está lleno. Poder hacer música con otros es un acto milagroso”. El que opina es Dany Jiménez, pluma rockera de fuerte paso por el NO (entre otros medios gráficos), y que ganó popularidad en Vorterix, radio cuyo estándar de calidad se promedia hacia arriba con su aporte como divulgador serial de la música y fino artesano de la entrevista.
Para opinar de música no basta con escucharla: hay que saber sentirla. Y él lo entiende porque, además de hablar sobre ella todas las noches de 20 a 23, la interpreta y la ejecuta más allá de ese horario. Jiménez no es “el periodista que se muere por tocar” que apostrofó Mollo. Es, en tal caso, el periodista que se mueve por hacerlo. Y mucho: junto a la precisa banda Free Anguila viene pidiendo pista con interesantes canciones y shows cada vez más nutridos de curiosos. En pocos meses pasaron de tocar para 20 amigos en el Balcón del Blues a contar centenas en Ché, Yo te Avisé. Y ahora preparan varios toques, entre ellos uno el viernes 11/5 en el Auditorio Oeste y otros rastreables en sus perfiles en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.
Dany Jiménez canta, toca la guitarra, compone y escribe en Free Anguila, una banda que no nació: apareció. A fines de 2001, un amigo que abría un bar le había pedido una banda para la inauguración. Como no conseguía ninguna, se le ocurrió juntarse después de mucho tiempo con el bajista Roberto González y el baterista Rulo Aguerres, compañeros en Achalay My Brother, un trío funk de Castelar. “En dos ensayos sacamos veinte canciones y tocamos tres noches, entre ellas las del 20 de diciembre”, dice. “Terminó aquella vez y cada uno siguió por su lado. Hasta que el año pasado la banda en la que estaban se quedó sin cantante y fui a un ensayo”. Ése fue el (re)comienzo de Free Anguila, ahora en formato quinteto con el guitarrista Agus Aguiar y el tecladista Pato Lema.
Los que siguen su programa Delicias de un charlatán y ya le sacaron la ficha, pueden corroborarlo viéndolo en vivo con Free Anguila: Dany consumió y procesó mucha música, pero la que lo hace vibrar es el funk. “La que más me gusta tocar y cantar es la negra, principalmente el funk. Todo lo que tenga groove es lujurioso para tocar”, dice.
Aunque prefiere cantar en inglés porque “musical y fonéticamente es más acorde al estilo”, Dany bromea acerca de que debió añadir el español por la “presión popular”. La convivencia de ambas lenguas es un rasgo de varios artistas admirados por los Anguila. “Willy Crook, Sumo, Fun People, Kinky u Octafonic pueden mezclar sin la necesidad de que la balanza caiga de un lado”, describe. Y destaca a Sumo: “Tenía un groove infernal, aunque no era una banda de funk. Lo usaba como base, pero era una banda dark con sonido de rock, que es lo que me interesa. Mezclaban las mismas tres cosas que pretende Free Anguila”.
¿Y cuáles cosas viste en otros artistas y no quisieras repetir?
--Me veo en algunos videos y no me gustan ni mi cuerpo ni mis movimientos ni la forma en que me cuelgo la guitarra. Pero entiendo que en ese momento estoy pegándome un viaje bárbaro y no pienso si tengo el cierre bajo o están acuchillando al boletero. Porque debe ser así, ¿no? Tocar sin pensar en lo que pasa alrededor. Conectar con tu instrumento, tus compañeros, las luces, el aire. Soy muy crítico con lo que veo en vivo, y ni quiero preguntarme qué pensarán de mí o de la banda. No quiero ser el periodista que sabe de música pero la hace horrible. Hacer música es un acto de amor gigantesco.