Senadores y diputados de la oposición adelantaron la decisión de volver a citar al ministro de Finanzas, Luis Caputo, quien luego de su intempestiva retirada de la audiencia de anteayer dejó varios interrogantes sin responder y contradicciones que requieren aclaración. El funcionario acudió a una reunión de la Comisión Permanente de Seguimiento y Control de la Deuda Externa para dar explicaciones sobre el nivel de endeudamiento de los últimos dos años y su participación en empresas radicadas en guaridas fiscales. No aclaró su rol en la empresa Noctua Asset Managment LLC, que los reguladores estadounidenses lo vinculan como titular y que el ministro aseguró ser sólo agente “fiduciario”; el destino de los contratos de dólar futuro que afirmó vender antes de asumir como funcionario y las comisiones que los bancos embolsaron con el actual festival de deuda.
La aparición de documentación de la Securities and Exchange Comisión (SEC), ente regulador del mercado estadounidense, que lo vincula con una sociedad offshore fue el disparador para que la citación por un plenario de comisiones en el Congreso. Paradójicamente, fue el punto más controvertido y menos claro de su exposición. Su participación en Noctua había sido develada en los denominados Paradise Papers. Allí se aclara que fue administrador hasta noviembre de 2015. Pero la información de la SEC, en base a los formularios que entregó Noctua, lo señala como “dueño directo e indirecto” de esta sociedad.
“Tener offshore no es delito. El único tema es tenerlas declaradas. Piénsenlas como una caja de seguridad. Se usan porque son jurisdicciones impositivamente neutras y esto facilita la actividad de muchos inversores. Y también por seguridad jurídica. Es esencialmente por eso”, había asegurado el ministro. Estas afirmaciones dejaron como interrogantes el nombre del dueño del capital de Noctua, de la cual Caputo asegura ser una especie de testaferro, y el hecho de que no aparezca como fiduciario en los documentos de la empresa sino como accionista.
Respecto de la información de la SEC, aseguró que “era un tenedor fiduciario”. “No tengo que tenerlo declarado porque no era propietario. Está declarado por su dueño”, agregó Caputo, quien luego culpó a un supuesto contador que obviara registrarla. “Esto es una total irregularidad y un delito. Las offshore están prohibidas en el país, lo cual queda expresamente detallado en las resoluciones 5/2007 y 7/2015 de la Inspección General de Justicia (IGJ), por considerarse una actividad defraudatoria contra la ley”, dijo a este diario el abogado y ex director del Banco Central Pedro Biscay.
En el capítulo de “Sociedades off-shore”, en su artículo 193, advierte que la IGJ “no inscribirá a sociedades off shore provenientes de jurisdicciones de ese carácter” y resalta la obligación de “adecuarse íntegramente a la legislación argentina” si va a negociar con el país. Noctua compró el Bono Internacional 2117, con el que el equipo económico de Cambiemos colocó deuda a 100 años. “No somos ni el ministro ni el secretario los que adjudican los bonos a los fondos, sino los bancos colocadores”, respondió Caputo respecto a una posible situación de “conflicto de intereses”. “Dijo que era tenedor fiduciario. Lo tengo pero es de otro. Ser tenedor fiduciario en un paraíso fiscal es oscuro y opaco. ¿Por qué no lo declaró? ¿Por qué la Oficina Anticorrupción le pidió que cambie la declaración? Fue una confesión hecha y derecha”, opinó el diputado Axel Kicillof (FpV).
Sin que le fuera preguntado, el ministro también se refirió a la denuncia por la ganancia que obtuvo por la compra de dólar futuro y su venta, según dijo, días antes de que el Gobierno eliminara la restricciones a la compra de divisas y el peso se devaluara. Caputo aseguró haber vendido sus tenencias en futuros el 28 de octubre de 2015, porque le “pareció una operación ruinosa para todos los argentinos”. Sin embargo, Axis Sociedad Gerente de Fondos Comunes de Inversión, una administradora de Fondos Comunes de Inversión que presidió Caputo antes de asumir como ministro, poseía, al 30 de noviembre de 2015, 43.000.000 de contratos de dólar futuro por 453.944.000 pesos.
En cuanto a la emisión de deuda y las ganancias que embolsaron los bancos con esas colocaciones, sostuvo que el mecanismo es transparente y que se trabaja siempre con las mismas entidades “porque son las mejores” y no porque son ex empleadores de los funcionarios. Para argumentarlo, mostró cuadros en los que se exhibió una baja en las comisiones que cobraron los bancos colocadores. De las resoluciones publicadas en los últimos dos años se desprende una comisión promedio de 0,14 por ciento, pero mediante una rebaja del precio de los bonos bajo la par, los bancos se quedaron con comisiones implícitas que elevaron ese valor a 1,33 por ciento. Esto fue posible porque las colocaciones que realizó Finanzas no se hicieron con oferta pública directa sino mediante compra o suscripción directa por parte de los mismos bancos intervinientes. Estos luego los revenden al público, lo que amplía aún más el margen.