Esta vez, les tocó a Shell y Axion romper el hielo. Desde ayer, los precios en surtidor de las redes de estaciones de servicio de estas marcas exhiben un aumento del 4,5 por ciento para las naftas y del 6 por ciento en los combustibles diesel. Se trata del tercer aumento en lo que va del año, acumulando desde diciembre un incremento del orden del 13 al 15 por ciento. Si se toma como referencia el momento en el que el gobierno nacional desreguló los precios, octubre de 2017, ya se registraron cinco aumentos en seis meses. YPF y el resto de las petroleras que comercializan combustibles aún no dieron a conocer una definición sobre el tema, aunque se espera –como ocurrió en cada oportunidad anterior– que en los próximos días imiten la decisión adoptada ayer por la competencia.
Antes de la liberación, en el mes de septiembre pasado, el precio de la nafta súper oscilaba, en la Ciudad Autónoma, en torno a los 20 pesos por litro para las distintas marcas (con YPF en 19,74 y el resto, unos centavos más arriba). Ayer, Shell la llevó a 25,79 pesos por litro, lo que representa un aumento del 4,5 por ciento respecto del precio vigente hasta el miércoles pasado (24,68 pesos). La nafta Premium, con un incremento porcentualmente similar, pasó de 28,97 a 30,27 pesos el litro. La modificación de precios en el gasoil Premium fue, en cambio, del 6 por ciento, pasando de 25,79 a 27,34 pesos por litro. Como ya ocurriera en anteriores ajustes, el precio por litro de los combustibles diesel se va aproximando paulatinamente al de las naftas. Shell dejó desde ayer la brecha en apenas el 10,7 por ciento (2,93 pesos entre los combustibles Premium por litro). El gasoil Fórmula Diesel saltó de 21,80 pesos el litro a 23,11, con un aumento también del seis por ciento.
Unas horas antes del anuncio, el presidente de Shell Argentina, Teófilo Lacroze (que ocupa el cargo que dejó Juan José Aranguren en 2015), anticipó el incremento “para los próximos días”. Indicó, en ese momento (en una entrevista con el diario La Nación), que “los precios de los combustibles dependen exclusivamente del precio del petróleo, del dólar, los impuestos y el precio de los biocombustibles”, intentando quitarle toda connotación política. “Y tuvimos aumento del dólar, el petróleo, el biodiesel y el etanol: estas variables te dicen que es necesario un nuevo ajuste de precios”, explicó. El argumento va en línea al utilizado por Aranguren, como ministro de Energía y Minería, cuando en septiembre pasado inauguró la etapa de precios libres en el mercado de los combustibles, vigente a partir del 1º de octubre. Las petroleras mantuvieron los precios sin variaciones hasta el 22 de octubre, día de los comicios legislativos, en medio de sospechas de un compromiso de las petroleras con el gobierno para postergar los aumentos. Pocas horas después de cerradas las urnas, se anunció que el lunes 23 las estaciones de servicio de prácticamente todas las marcas del mercado ajustaban sus precios en un 10 por ciento en el caso de la nafta súper, 12 por ciento la Premium y 9 por ciento el gasoil. El aumento acumulado desde la liberación de los precios hasta el aplicado ayer, inclusive, se acerca al 30 por ciento en seis meses.