El rector de la Universidad Rey Juan Carlos, Javier Ramos, ratificó que la institución no puede confirmar que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, haya hecho la defensa del Trabajo Final de Máster (TFM), que ella afirma haber cursado y que los medios de comunicación denunciaron como falso.

Por si fuera poco, el director del máster, Enrique Álvarez Conde, se negó a confirmar si Cifuentes completó el curso en cuestión: “Pregúntenselo a ella”, respondió en rueda de prensa.

Cuando se puso en duda la veracidad de su currículum, Cifuentes mostró un certificado del Máster en Derecho Autonómico, en el que se había inscripto en 2011, pero poco después se reveló que dos de las tres firmas del diploma eran falsificadas y que la hoja en que aparecían era nueva, no del 2012, cuando había concluido el curso.

Cifuentes, al fin, tuvo que dar la cara ante el pleno de la Asamblea de Madrid, el parlamento regional, donde afirmó que "ni mi currículum ni mis calificaciones han sido falseadas ni falsificadas”, y le tiró el fardo a la Universidad: “Si hay algún problema en la documentación, yo como alumna no lo puedo aclarar y debe ser la universidad la que lo haga”.

Ayer, Alicia López de los Mozos, una de las profesoras cuya firma aparece en el documento cuestionado, afirmó que ella no evaluó a Cifuentes y que su firma fue falsificada. Horas más tarde, la profesora Clara Souto también negó que la rúbrica del certificado mostrado por la dirigente del Partido Popular fuera la suya.

El escándalo subió de tono cuando Álvarez Conde confesó que el rector Ramos presionó para que se hiciera un acta nueva, y denunció que el documento mostrado por Cifuentes “no es la reconstrucción de ningún acta sino la elaboración de un documento para el propio rector”. Ramos, por su parte, negó que haya "interferido, modificado o manipulado" la elaboración del acta y anunció que querellará al director del Máster.

El Partido Socialista, mientras tanto, pidió una moción de censura para que la Asamblea de Madrid vote la destitución de Cifuentes, un año antes de las elecciones autonómicas, pero es improbable que consiga los votos para desplazarla. 

El PP, por su parte, cerró filas alrededor de Cifuentes. María Dolores de Cospedal, número dos del Partido Popular y actual ministra de Defensa, defendió a su compañera de militancia y sostuvo que la oposición tratará que "lleguemos a las urnas cansados, heridos, desmoralizados, pero no lo van a conseguir", en un claro respaldo a la cuestionada funcionaria.