Escrita en 1994 por el dramaturgo irlandés Brian Friel sobre un caso recopilado por el neurólogo y escritor británico Oliver Sacks, Ver o no ver desarrolla la historia de una mujer que luego de vivir ciega más de 50 años, al recuperar la visión debe aprender a utilizarla. Junto a ella, su marido luchará por su restablecimiento con el mismo espíritu optimista con el que suele embarcarse en otras causas nobles. El tercer personaje es el médico que atiende a la protagonista, quien encuentra en este caso la esperanza de restaurar un prestigio perdido. La obra de Friel se organiza mediante escenas independientes en las que monologan los tres personajes. Estrenada hace unos años en formato de semimontado en el ciclo Teatrísimo, Ver o no ver sube a escena hoy en el teatro La comedia (Rodríguez Peña 1062), bajo la dirección de Hugo Urquijo y con actuaciones de Graciela Dufau, Arturo Bonin y Nelson Rueda.
Friel es un autor conocido en Buenos Aires por las puestas que Agustín Alezzo realizó de Danza de verano y El regreso. Urquijo coincide con la opinión generalizada que señala a Friel como a un Chéjov con marca irlandesa: “Efectivamente, tiene una poética parecida, siempre muy preocupado por el paso del tiempo”, sostiene el director en la entrevista con PáginaI12, junto a Dufau. La actriz cuenta, por su parte, que no es fácil ser dirigida por el marido: “Hace 34 años que estamos juntos”, resume la actriz. “y juntos trabajamos con Augusto Fernández, Alejandra Boero, Inda Ledesma, entre tantos. Pero cuando ensayamos los dos siempre me digo que es la última vez, porque estar en el mismo proyecto significa trabajar a toda hora, desde la mañana hasta la noche”, asegura sonriendo.
“Anny es una persona amable y serena”, describe Dufau y destaca que “su deseo es someterse al deseo del marido. Porque en realidad ella está bien en su mundo. Incluso tiene la fantasía de que, en caso de ver nuevamente, hará una incursión por el mundo de los que ven para después volver al suyo, que es su hogar”, explica. Lo peor que le espera, según sostiene la actriz, “es comprender ese nuevo universo, soportar el agobio de aprender cosa por cosa y acostumbrarse a que el mundo puede ser maravilloso como también terrorífico”.
La escenografía de Eugenio Zanetti, según explica el director, se basa en un precepto del inglés Peter Brook quien “busca hacer visible lo invisible”. Así entonces, apelando a un espacio prácticamente vacío, unas pantallas ubicadas al fondo de la escena reproducirán paisajes y dibujos del propio Zanetti, cuidando de no ilustrar el texto sino, como explica Urquijo, “aludiendo a él, metaforizándolo”. También médico psicoanalista, el mismo Urquijo explica el trasfondo de la obra de Friel.
–¿Qué cuenta Anny de sí misma?
Hugo Urquijo: –Como a toda persona que le falta un sentido Anny tiene una dependencia con las personas que la rodean, aunque se haya desarrollado de muchas maneras: trabaja, nada, anda en bicicleta y, a su modo es feliz.
–¿Su deseo es hacer efectivo el deseo del marido?
H. U.: –El deseo, un tema muy lacaniano, es muy importante en la obra. Sí, ella quiere satisfacer el deseo del marido. No quiere decepcionarlo. Pero tampoco al médico que intenta revivir su antiguo prestigio con este caso. Es que en un plano no conciente el deseo de uno es hacer el deseo de otro. Son los animales los que sólo buscan satisfacer su propio su deseo. En cambio, el ser humano -y esto se ve por ejemplo en el plano de su sexualidad- goza haciendo gozar a otro.
–La obra habla sobre lo real y lo imaginario, también sobre la percepción.
H. U.: –La percepción es un fenómeno muy complejo. El aparato psíquico se organiza desde lo que se percibe desde el nacimiento. Así que todo aprendizaje se inicia desde los sentidos. Anny debe ser capaz de aprender a conocer el mundo porque ver no le es suficiente.
–La tesis principal de la obra sostiene que el hecho de ver no implica necesariamente comprender.
H. U.: –En la comprensión de cualquier circunstancia ver solamente no es suficiente. En todos los planos de la vida se puede verificar esto mismo. Pongamos el de la economía, que mueve a la política y al mundo: se puede ver de manera superficial la economía sin comprender las fuerzas ocultas que la mueven. En los vínculos pasa lo mismo. La comprensión implica un plano profundo que tiene que ver con los resortes que mueven a esa relación.
* Ver o no ver, teatro La Comedia (Rodríguez Peña 1062). Miércoles a las 20.30, sábados y domingos a las 18.