El Gobierno convocó a una audiencia entre los representantes de Carrefour y los sindicatos ligados a la actividad para iniciar “un diálogo maduro entre las partes”. Así lo adelantó ayer el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, luego de que la cadena francesa de supermercados presentara un procedimiento preventivo de crisis ante la cartera laboral. Carrefour sostuvo en un comunicado que está “atravesando una situación económica compleja tras tres años de pérdidas. La apertura de este diálogo, junto al Sindicato de Empleados de Comercio y el Gobierno, permitirá plantear un plan para reimpulsar su crecimiento”. El gremio de Comercio declaró el estado de “alerta nacional”. Los trabajadores interpretan que la intención de la empresa es encaminarse hacia un fuerte plan de achique.
La presentación del procedimiento preventivo de crisis por parte de Carrefour generó un cimbronazo: se trata de una empresa que emplea a 19 mil personas distribuidos en 605 establecimientos comerciales, con 36 años de trayectoria en el país y que basa sus ventas en el poder adquisitivo del salario. La confirmación del objetivo del ajuste por parte de la empresa motivó inmediatas reacciones en el Ministerio de Trabajo y en el gremio.
“En estas audiencias se hacen manifestaciones de las partes, se busca encontrar consenso en el camino que tienen que transitar, donde se cuidan los derechos de los trabajadores en base al convenio vigente y a partir de eso se toman decisiones”, dijo Triaca. Aunque agregó que “a partir del impacto en los cambios tecnológicos, las cadenas de comercialización digital, muchas empresas están en esta situación donde tienen que analizar cómo transformar la compañía, pero también cómo brindarle a sus trabajadores oportunidades a través de la capacitación, de la formación profesional y encontrar nuevas líneas de producción”.
En el gremio leen las declaraciones de Triaca como la puerta de entrada para discutir cambios a la baja en las condiciones laborales, bajo el argumento de buscar la sustentabilidad bajo el nuevo paradigma tecnológico. En este sentido, desde el costado empresarial advirtieron que los salarios en el sector son altos. Desde la Asociación de Supermercados Unidos, que nuclea a las grandes cadenas instaladas en el país, difundieron un informe en donde destacan que el costo salarial por un cajero en la Argentina supera al de otros países de la región y también el valor que tiene en España. Se espera entonces, que aumente la presión para cambiar las condiciones de trabajo en el sector de trabajadores de supermercados.
Por su parte, la Federación de Empleados de Comercio que dirige Armando Cavalieri planteó en un comunicado que se “rechaza desde ya toda medida que se pretenda adoptar en forma inconsulta e irrazonable que pueda lesionar de alguna manera los derechos y conquistas de los trabajadores mercantiles de la compañía Carrefour. La Federación se ve obligada a declarar el estado de alerta nacional por la actitud asumida por la firma francesa”. En el gremio citan una reunión en donde Carrefour planteó la idea de cerrar once locales en dos años, despedir a 3000 mil empleados y reducir un 20 por ciento los salarios. Además, se reconvertirían 16 hipermercados en mayoristas”.
Más allá del argumento patronal y de la idea de Triaca del cambio tecnológico, el sector de consumo masivo no pasa por un buen momento. Según el Indec, las ventas en los supermercados medidas en cantidades mostraron en enero una caída de 3,1 por ciento en la comparación interanual. Hace un año, las ventas a precios corrientes aumentaron un 21,2 por ciento (entre enero de 2017 y enero de 2016) pero la inflación en ese período estaba en el 37 por ciento. Esto implica que el sector acumula dos años de fuertes caídas de las ventas. Los supermercados registran 3500 empleados menos que hace un año.
Por otro lado, Carrefour enfrenta una crisis de carácter global. Días atrás, en Francia, sede de la empresa, se dio una huelga de los trabajadores de 180 hipermercados de Carrefour en protesta por el plan de reducción de 2400 empleos y el cierre de 273 minimercados adquiridos a la compañía DIA. En España, la empresa se echó para atrás con su plan de despidos luego de las protestas de los gremios y ahora negocian una serie de cambios en la organización del trabajo. También en Bélgica se realizaron huelgas para evitar el despido de 1200 trabajadores.