Después de que el ex presidente brasileño Lula Da Silva llegara a la sede policial de Curitiba en cumplimiento de la orden de detención del juez Sergio Moro, la policía arremetió con balas de goma y gases lacrimógenos contra los manifestantes que se alojaron frente a la Superintendencia de la Policía Federal para acompañar al líder del Partido de los Trabajadores. Al menos nueve personas, entre ellos un niño, resultaron heridas y debieron ser trasladados al hospital de Curitiba, según informaron fuentes oficiales. 

"Todo empezó con disparos de la policía federal. Dijeron que estábamos forzando la puerta, y es mentira", relató el presidente del Partido de los Trabajadores (PT) de Paraná, Florisvaldo Fier, conocido como Doutor Rosinha. Los incidentes se produjeron alrededor de dos horas después de que Lula llegara a Curutiba para cumplir su condena de 12 años y un mes de prisión ratificada en tres instancias sin pruebas contundentes. 

Mientras los efectivos apuntaban contra la masa de simpatizantes del ex mandatario, decenas de detractores del ex presidente que también estaban concentrados frente a la sede policial fueron invitados a abandonar el lugar, al igual que los periodistas. La Policía de Paraná justificó su participación al señalar que los manifestantes habían amenazado con invadir el edificio.

"Lula está bien, llegó bien a su lugar detención y vamos a instalar una resistencia cívica, una vigilia cívica para que salga rápidamente de prisión, de esta situación de prisión política", dijo la presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann.

En tanto, el juez Ernani Mendes Silva Filho prohibió manifestaciones y acampes en los alrededores de la sede de la Policía Federal de Curitiba en la que quedó alojado Lula, porque esas protestas “pueden ocasionar trastornos a los vecinos de la región y grave lesión al orden de la seguridad". Mendes Silva Filho advirtió que la "aglomeración de personas y movimientos que pueden ocasionar trastornos a los vecinos de la región y grave lesión al orden de la seguridad".

Ayer por la tarde, en un histórico discurso, el candidato mejor posicionado en las encuestas para las elecciones del 7 de octubre próximo aseguraba que atendería el mandato del juez Moro, que lo condenó con un marco probatorio duramente cuestionado, ya que el departamento de la constructora OAS sobre el que se sostiene la condena por corrupción no está probado que pertenezca al ex presidente porque no hay documentos que lo acrediten.  “Cuando deje la prisión voy salir más grande, más fuerte, más inocente, porque ellos cometieron el crimen político de perseguir un hombre con 50 años de vida política”, aseveró ayer Lula antes de partir hacia Curitiba.