“Lula libre.” Así fue bautizado el campamento que montó la militancia del Partido de los Trabajadores (PT) en el barrio de Santa Cândida, en la zona norte de la ciudad de Curitiba. El objetivo es resistir hasta conquistar la libertad de Lula. “En este país todo funciona con presión”, afirmó Roberto Baggio, coordinador del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) en el estado de Paraná.
El campamento espera la llegada de más de 30 micros de distintas partes de Brasil cargados de seguidores del líder petista, hoy confinado en una celda de 15 metros cuadrados para cumplir una pena de 12 años y 1 mes de prisión tras un escandaloso proceso judicial.
“Estamos en vigilia permanente por la libertad de Lula. Mientras él esté, nosotros nos quedaremos”, explicó Vanda Santana, miembro de la ejecutiva paranaense del PT, partido que fundó en 1980 Lula.
El campamento ha establecido comités para adquirir cierta funcionalidad, como un equipo de disciplina, cocina, salud, limpieza y hasta un departamento de comunicación para atender solo, “de forma muy cariñosa, a la prensa de la clase trabajadora”, según explicó Baggio en un discurso a la militancia.
El campamento en Curitiba se complementa con otro montado cerca de la Corte Suprema, en Brasilia, la capital del país, para exigir a sus once magistrados que “den la libertad a Lula y paren de perseguirlo”.
Es que Lula podría ser liberado rápidamente si el máximo tribunal modifica esta semana la norma que autoriza encarcelar a personas condenadas en segunda instancia que aún disponen de recursos judiciales. Un juez del Supremo Tribunal Federal (STF), Marco Aurélio Mello, anunció que este miércoles pedirá incluir en la agenda un nuevo debate que podría zanjar las divergencias internas que persisten en la corte sobre ese tema.
Ayer también hubo una masiva marcha del Movimiento de Trabajadores Sin Techo en Sao Bernardo do Campo, donde está la sede del Sindicato Metalúrgico en la que permaneció el ex presidente hasta el sábado.
La sede la Policía Federal de Curitiba amaneció ayer blindada por medio centenar de agentes militarizados que han establecido un perímetro de seguridad a cada lado del recinto. El sábado a la noche la policía arremetió con balas de goma y gases lacrimógenos contra los manifestantes que acompañaron al legendario líder del PT. Al menos nueve personas, entre ellos un niño, resultaron heridas y debieron ser trasladados al hospital de Curitiba.
Lula pasó su primera noche en la celda y ayer estuvo gran parte del tiempo acompañado por uno de sus abogados, informó ayer el PT en un comunicado. “El durmió tranquilo y no fue maltratado por los agentes del lugar. Permanece sereno y tranquilo”, según la nota divulgada por el “comité popular” que el partido montó en las inmediaciones de la sede de la Superintendencia de la Policía Federal.