“Me acuerdo de una lluvia en Cosquín, donde pasábamos unos días de vacaciones. Yo tendría unos seis años. Fue breve y feroz. Así permanece en mi memoria, desbordando calles y ríos, aullando con una especie de furia inédita para mí hasta entonces. Esa noche soñé con un río que corría por los pies de mi cama. Todavía recuerdo ese temor, el esfuerzo porque no me arrastre”.  Este fragmento de los diarios del cineasta Gustavo Fontán tiene su expresión cinematográfica en su Trilogía del lago helado, tres largometrajes del autor de La orilla que se abisma que entre hoy y mañana se verán en carácter de estreno en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Avda.Corrientes 1530). 

Sol en un patio vacío, Lluvias y El estanque se proyectan en coincidencia con el lanzamiento de un volumen que incluye “Trilogía del lago helado. Diarios de Gustavo Fontán” y “Manual para sonámbulos” de Gloria Peirano –texto que da origen al film El estanque–, editado por la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Plata. En cada una de las proyecciones, habrá presentaciones a cargo del propio Fontán y de los críticos cinematográficos Roger Koza y Eduardo Russo.

Nacido en 1960, Gustavo Fontán es licenciado en Letras y comenzó su carrera artística en el teatro, al tiempo que dirigía sus primeros cortos y mediometrajes, dedicados en su mayoría al legado de poetas y escritores como Macedonio Fernández o Leopoldo Marechal. Autor de largometrajes como La orilla que se abisma, El limonero real, El árbol, Elegía de abril y La casa (las tres últimas conforman otra trilogía de películas, ligadas por la paulatina desaparición de los personajes), Fontán ha venido construyendo una filmografía tan personal como poética, en algunos casos deudora de las tradiciones cinematográficas más experimentales y, en otros, marcada por una particular aproximación a la idea de adaptación de una obra preexistente. En el cine de Fontán cada plano y corte de montaje parece abocado a la búsqueda de ciertas respuestas inasibles, donde la sensibilidad de la experiencia toma el poder del sitial usualmente usurpado por lo narrativo.

“En 2013 comenzó una inquietud para mí: filmar el mundo de manera más inmediata, mirar lo contiguo sin mayor intervención que una cámara, mirar lo que sucede, en el momento que sucede, robar fragmentos del mundo”, escribe Fontán. “Los procesos dilatados de la producción de una película, la intermediación de un equipo, sentí, me impedían llegar a una zona de la mirada más ingenua, más intuitiva, más visceral. Empecé a trabajar entonces con una cámara y una idea que, en líneas generales, muy generales, responden a la idea de ‘diario’. Resultado del trabajo de estos años son tres películas que conforman la Trilogía del lago helado: El estanque (sobre textos de “Manual para sonámbulos”, de Gloria Peirano), Lluvias y Sol en un patio vacío. Fiel a mí mismo, las pienso en un ciclo, un modo de mirar el mundo que se afianza y se modifica (los dos movimientos son simultáneos, continuidad y alteración) en cada película”.

Para Fontán, “lo real es lo que molesta en la imagen, aquello que se sale de control. Esa presencia incesantemente activa remite siempre a un más allá de la imagen. A un más acá nuestro, quizás. Lo real es lo que se teme. Lo no domesticado. Por último: lo real, también, es lo que se fuga de la imagen. Hay algo inasible, indecible, en esa presencia. Boquiabiertos, reconocemos un fantasma que se muestra, nos conmueve, y al mismo tiempo se fuga. Creo que, en esta tensión, presencia-fuga, reside algo de aquello que me interesa capturar”.

Para mayor información de cada película y días y horarios de proyección, se puede consultar en http://complejoteatral.gob.ar/cine