Igual que en la investigación sobre la muerte de Santiago Maldonado, donde el Ministerio de Seguridad difundió falsas teorías para desvincular a la Gendarmería, el Gobierno profundiza la misma estrategia para defender a los hombres de Prefectura que dispararon al menos 114 veces en el desalojo en Villa Mascardi donde terminó asesinado Rafael Nahuel. Desde el comienzo sostuvo que los prefectos del Grupo Albatros respondieron a un ataque de los mapuches que estaban en el lugar y afirmó que no usaron armas letales. En las últimas semanas, ya con los resultados del Centro Atómico Bariloche que confirman que los agentes dispararon balas de plomo, como la que mató al chico de 21 años, empezaron las versiones para poner en duda esos estudios o inferir que los resultados darían cuenta de que lo que ocurrió fue “un enfrentamiento”. PáginaI12 pudo dialogar con Adriana Serquis, la física que dirige el Departamento de Caracterización de Materiales de ese Centro y estuvo a cargo del análisis de las muestras: “No se pueden sacar conclusiones hasta que no haya una interpretación de un perito, que es algo que nosotros le pedimos al juez que se realice”, advirtió. “Hemos tenido interferencias durante nuestro trabajo, ya que nos sorprendían artículos periodísticos que hablaban de resultados cuando no habíamos terminado ni hecho ningún informe”, relató.
Las muestras analizadas fueron tomadas de ocho prefectos del Grupo Albatros, de dos jóvenes –Fausto Jones Huala y Lautaro, que cargaron el cuerpo de Rafael–, y de éste último. Una vez que el Departamento de Materiales entregó los resultados, los abogados de las partes pudieron cotejar que en las muestras de cinco agentes de la Prefectura se hallaron partículas con los tres elementos que componen la pólvora: plomo, bario y antimonio, y en alta densidad partículas con menos elementos. En el caso de Jones Huala, tenía una partícula con los tres elementos entre 4001 partículas analizadas, y en el caso González era una en 3534. Rafael Nahuel no tenía rastros de pólvora, solo una partícula de un elemento suelta. Todavía se debe determinar de qué arma salió la bala que le quitó la vida y debe haber una interpretación balística del resultado del análisis.
Serquis es física, egresada de la UBA, investigadora principal del Conicet de la Comisión Nacional de Energía Atómica, donde trabaja hace 25 años, y se doctoró en el Instituto Balseiro.
–¿El estudio de barrido puede dar respuestas o información sobre un hecho, como en este caso la muerte de Rafael Nahuel? –le preguntó este diario.
–La identificación de partículas correspondientes a residuos de disparos, que se llaman GSR, se basa en el análisis de los componentes químicos de la partícula y su forma. Los tres elementos componentes que nos interesan son: plomo, bario y antimonio, y debe tener una apariencia esférica o amorfa. La técnica aceptada para la identificación de GSR es la microscopía de barrido y análisis químico elemental, y puede proporcionar evidencia de respaldo en investigaciones criminales que involucran armas de fuego. Los científicos forenses se pueden preguntar, por ejemplo, “¿se puede distinguir el tirador de un arma de fuego de un transeúnte basado en recuentos y distribución de GSR?”. Si bien plomo, bario y antimonio pueden estar presentes en otros materiales cotidianos, la presencia simultánea de partículas que contengan los tres elementos mencionados se asocia a GSR. Es decir, se consideran característicos de la presencia de residuos de disparos. Las partículas GSR se depositan en superficies cercanas después de un disparo (como las manos de quien sostiene el arma, su ropa o la zona cercana a donde penetró la bala) pero también pueden ser transferidas por contacto con esas superficies. Cuantas más partículas halladas juntas, se incrementa la posibilidad de que la persona haya manejado un arma. De todos modos, hay aún desafíos en la interpretación de la presencia de partículas GSR basado en su distribución al considerar si es posible identificar al tirador. Hace falta un estudio de peritos expertos que analicen el contexto.
–¿En qué consistió la intervención del departamento de caracterización de materiales?
–El juez (Gustavo Villanueva) nos encargó hacer análisis de residuos de disparos utilizando la técnica que se considera estándar para estos análisis que utiliza un microscopio electrónico de barrido.
–¿Qué material recibieron ustedes, en qué condiciones, cómo lo analizaron y preservaron?
–Recibimos 52 muestras correspondientes a once individuos. Cada muestra consiste en una cinta de carbón, una especie de cinta adhesiva doble faz, que se apoya en distintas zonas de las manos. Eran 3 por cada mano, se encontraban dentro de tubos plásticos para evitar contaminación. De algunos individuos había menos muestras debido a que, según nos informaron, no tenían suficientes cintas de carbón quienes tomaron las muestras. Las muestras llegaron bajo custodia, pero como los sobres contenían los nombres de las personas, solicitamos que fueran cambiadas a sobres donde únicamente figuraran códigos antes de empezar los análisis. Solo una persona de nuestro equipo estuvo a cargo de la custodia. La apertura de cada sobre se realizó según el cronograma que le informamos al juzgado y se filmó cada una de las aperturas y se volvieron a guardar al finalizar cada análisis, quedando intactas.
–¿Cuánto tiempo demanda el trabajo?
– Puede demorar más de 6 horas por muestra, por lo que el cronograma de trabajo fue de más de dos meses. Intervinimos dos técnicos y tres profesionales con experiencia en microscopía electrónica y un técnico especialista en control de calidad.
–¿Cuál fue entonces el resultado?
–El resultado fue un informe técnico que contiene tablas (una por cada muestra) con el número de partículas que presentan contraste por contener elementos pesados (metales) y cuáles de ellas contienen los tres elementos característicos de la presencia de residuos de disparos. En siete individuos había al menos una partícula conteniendo los tres elementos. En todos había partículas que contenían al menos uno. Se podría ampliar el análisis o realizar uno nuevo de acuerdo a lo que puedan requerir los peritos designados por el juez o las partes.
–¿Tuvieron interferencias de algún tipo mientras realizaban el estudio?
–No tuvimos ningún condicionamiento del juzgado ni de la institución en la que trabajamos. La única posible interferencia fue la aparición de artículos en algunos medios que hablaban de resultados que no podrían haber correspondido a la realidad ya que no habíamos elaborado todavía ningún informe y porque nuestros resultados no corresponden a una pericia sino que son un informe técnico. Se intentó intencionalmente sembrar dudas acerca de la objetividad y seriedad con las que se realizan todas las actividades en nuestro grupo. Me afectó, además, personalmente, porque usaron datos de mi vida privada, y además falsos.
–¿Qué consecuencias trajo la difusión de esa información?
–Cuando salieron noticias que hablaban sobre resultados que nosotros no habíamos ni siquiera terminado de procesar, tanto la comunidad académica como las autoridades empezaron a desconfiar de dónde podría haber habido filtraciones del resultado y, por otro lado, inexactitudes como que el estudio se hizo en el Instituto Balseiro. Esto generó un clima de desconfianza, por lo que hubo que pedir al equipo de trabajo que extreme precauciones para no hablar con ninguna persona externa sobre los análisis.
–¿Podríamos decir que el estudio realizado es concluyente?
–Todo dependerá del peritaje, que nosotros no realizamos. Como se encuentra en el informe que le entregamos al juez. “es necesario que los resultados presentados sean evaluados por un perito para poder establecer conclusiones”. El juez nos ha manifestado su confianza, y no ha optado por otras opiniones de expertos sino que, como se recomienda en el propio informe, se envió a quien pudiera realizar la pericia correspondiente. Eligió enviarlas a la Unidad de Criminalística de Salta, que era una de nuestras sugerencias.
–¿Hoy, con el trabajo terminado, ustedes ya pueden saber a quién corresponde cada muestra y qué significa?
–Quizás podríamos deducir a quién corresponden las muestras teniendo en cuenta las noticias periodísticas, ya que nosotros sólo teníamos los códigos. Por eso no puedo sacar conclusiones, pero en principio no hay certeza de residuos de disparos en quienes no se encontraron partículas que contienen simultáneamente plomo-antimonio-bario, como en el caso de la que podría ser el de Rafael Nahuel, según los datos aportados por la información periodística.
–¿Alcanzarán los datos disponibles para resolver el caso?
–Todo depende del análisis pericial que todavía no está hecho.
–Pero el Ministerio de Seguridad dice en algunos medios que los resultados muestran que Nahuel murió en medio de un enfrentamiento y que los prefectos se defendían ¿Eso no es así?
–Según mi conocimiento no sería posible asegurar esta hipótesis hasta que no haya conclusiones de algún perito y quizás puedan solicitarse nuevos estudios.